Es la tercera visita a la Casa Blanca del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, desde el inicio del segundo mandato del presidente estadounidense, Donald Trump. Y está cargada de preguntas sobre el futuro de la seguridad regional en el Medio Oriente.
Desde el último esfuerzo de alto al fuego entre Israel y Hamás hasta la elaboración de un plan para el “día después” en Gaza, pasando por el futuro de Irán y, finalmente, la normalización de las relaciones entre Israel y sus vecinos árabes, ambos líderes buscaron proyectar alineamiento y admiración mutua.
Netanyahu incluso anunció la nominación de Trump para el Premio Nobel de la Paz. “Está forjando la paz en este preciso instante, en un país y en una región tras otra”, dijo Netanyahu sobre Trump. “Viniendo de usted en particular, esto es muy significativo”, respondió Trump.
En la cena, a la que asistieron ambos líderes, no quedó claro cuánto se había avanzado en los temas tratados, aunque aún podrían hacerse anuncios durante la visita de cuatro días de Netanyahu.
Trump y Netanyahu cantan victoria
“En muchas de las cosas que declararon públicamente, en particular en relación con el alto al fuego en Gaza, parecía más un evento de relaciones públicas que un anuncio importante. Porque, claramente, aún no están cerca de un alto al fuego en Gaza”, dice a DW Brian Katulis, del Middle East Institute, con sede en Washington.
Por otra parte, se llevan a cabo conversaciones indirectas entre delegados israelíes y de Hamás en Doha, Qatar, facilitadas por mediadores cataríes y egipcios. Se han conocido detalles sobre la propuesta de alto al fuego, con condiciones que incluyen una duración de 60 días y la devolución de los rehenes. Hamás entregaría a 10 rehenes vivos y 18 muertos.
Al mismo tiempo, Israel liberaría a un número aún no especificado de prisioneros palestinos. Además, las fuerzas israelíes se replegarían a una zona de contención a lo largo de las fronteras de Gaza. La propuesta también estipula que las conversaciones para el fin de la guerra deben comenzar el primer día del alto al fuego. Trump negó cualquier obstáculo, afirmando que “las cosas van muy bien”, pero no ofreció detalles.
La solución de dos Estados, un punto de fricción
El presidente estadounidense redirigió a Netanyahu las preguntas sobre la posibilidad de una solución de dos Estados, un requisito para que actores clave en el Medio Oriente, como Arabia Saudita, acepten la normalización de relaciones con Israel, un objetivo central de la política exterior de Trump en la región.
Pero Netanyahu volvió a expresar su oposición a un Estado palestino. “Creo que los palestinos deberían tener todos los poderes para gobernarse a sí mismos, pero ninguno que nos amenace. Eso significa que un poder soberano, como la seguridad general, siempre estará en nuestras manos”, declaró.
La coalición gobernante de Netanyahu incluye socios de extrema derecha que se oponen ideológicamente a la soberanía palestina. “Netanyahu ha impedido con éxito la creación de una entidad palestina autónoma durante toda su vida política y dudo que cambie ahora”, prevé Barbara Slavin, del Stimson Center en Washington. “Presumiblemente, busca la manera de apaciguar a Trump, pero cualquier concesión será mínima”, opina, y agrega: “Su principal interés es impedir que Trump alcance cualquier tipo de acuerdo diplomático con Irán”.
Irán: ¿qué sigue?
Puede que Netanyahu y Trump no compartan la misma visión sobre el camino a seguir con Irán. “Al líder israelí le encantaría ver más operaciones militares contra Irán para seguir socavando la capacidad de gobierno del Gobierno iraní y destruir algunos sitios adicionales que podrían no haber sido controlados en los ataques iniciales”, evalúa Brian Katulis, del Middle East Institute en Washington. Y considera que a Trump “no le interesa mucho eso”.
En la reunión, Trump insinuó la posibilidad de futuras conversaciones con Irán, pero no especificó cuándo se llevarían a cabo y puso en duda la necesidad de futuros ataques. “Espero que no tengamos que hacerlo. No me imagino queriendo hacerlo. No me imagino que ellos quieran hacerlo. Quieren reunirse. Quieren llegar a un acuerdo. Son muy diferentes ahora que hace dos semanas”, dijo.
Sin embargo, “extirpar un tumor no significa que no pueda reaparecer. Hay que monitorear constantemente la situación para asegurarse de que no haya ningún intento de reaparición”, enfatizó, por su parte, Netanyahu.
Mientras ambos líderes celebraban públicamente su éxito militar y elogiaban sus respectivas contribuciones a la paz, las conversaciones más complejas sobre Gaza, Irán y la solución de dos Estados se llevan a cabo a puerta cerrada.
“A menos que surjan grandes noticias de Doha, o a menos que Teherán y el régimen de Teherán cambien significativamente su postura sobre el tema nuclear u otros temas, no preveo un resultado político significativo por ahora”, advierte Katulis. “Eso solo se logrará con un arduo trabajo diplomático”.