Secuelas del COVID-19 en Costa Rica: especialistas advierten sobre complicaciones persistentes | NCR Noticias


El impacto prolongado de la pandemia en la salud de los costarricenses

A cuatro años de la llegada del COVID-19 a Costa Rica, médicos y expertos en salud han identificado un aumento en los casos de personas con complicaciones prolongadas derivadas del virus. Fatiga crónica, tos persistente y problemas respiratorios encabezan la lista de síntomas que continúan afectando a la población.

Además, los efectos de la pandemia no se limitan al ámbito físico, ya que los especialistas en salud mental han reportado un incremento en los casos de ansiedad y dificultades de adaptación social, especialmente entre los menores de edad que vivieron parte de su educación en modalidad virtual.

Síntomas persistentes en pacientes recuperados

De acuerdo con la doctora Amelia Vega, de la Universidad de Costa Rica (UCR), los cuadros virales que antes solían resolverse en pocos días ahora pueden extenderse por semanas en algunos pacientes que tuvieron COVID-19.

“Hemos visto que personas que superaron el virus presentan complicaciones inesperadas. Síntomas como tos crónica y fatiga pueden durar hasta 15 o 22 días, lo que genera un impacto en su calidad de vida”, detalló la especialista.

Estos efectos prolongados coinciden con los estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte sobre la posibilidad de desarrollar afecciones a largo plazo, incluyendo problemas cardíacos, pulmonares y neurológicos.

El cambio en las enfermedades respiratorias

Otro aspecto que ha llamado la atención de los médicos es la alteración en el comportamiento de las enfermedades respiratorias tras la pandemia. Durante los primeros años posteriores a la crisis sanitaria, el constante lavado de manos ayudó a reducir las infecciones virales y los casos de intoxicaciones alimentarias. Sin embargo, con la relajación de estas prácticas, han vuelto a aumentar ciertos padecimientos.

Costa Rica ha registrado 275 casos positivos de COVID-19 en lo que va del 2025, lo que confirma que el virus sigue circulando en la población.

Efectos en la salud mental: un problema en ascenso

El impacto del COVID-19 no solo se refleja en la salud física. De acuerdo con el Colegio de Psicólogos de Costa Rica, el confinamiento y el miedo al contagio generaron un aumento en los trastornos de ansiedad y estrés.

La línea de atención Aquí Estoy, dedicada a la salud mental, ha recibido un incremento en llamadas relacionadas con dificultades emocionales y problemas de adaptación social.

Marianella Monge, vocera del Colegio de Psicólogos, explicó que muchos menores de edad han tenido dificultades para desarrollar habilidades sociales, lo que se traduce en mayor frustración y problemas en la convivencia.

Ante este panorama, el Ministerio de Salud ha implementado la Ley Nacional de Salud Mental, con el propósito de coordinar esfuerzos entre diferentes instituciones y atender las secuelas psicológicas derivadas de la pandemia.

El desafío de enfrentar las secuelas del COVID-19

Aunque el COVID-19 ya no representa una emergencia sanitaria global, sus efectos siguen afectando a la población. Las complicaciones respiratorias, los problemas de salud mental y el impacto en la calidad de vida continúan siendo temas de preocupación para especialistas y autoridades.

El reto para el sistema de salud costarricense es mantener la vigilancia epidemiológica, fomentar el acceso a la atención médica y reforzar las estrategias de salud mental para garantizar el bienestar de la población.


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