Pruebas comprensivas aplicadas este año en escuelas y colegios del país. Foto: MEP
Los resultados de 2023 y 2024 de las pruebas comprensivas que aplica el Ministerio de Educación Pública (MEP) no son comparables y no se consideró a toda la población, según revela un reciente informe de la Contraloría General de la República (CGR).
Según detalla el documento DFOE-CAP-OS-00001-2024, la metodología de estas pruebas ha sido cuestionada debido a la definición de su diseño.
Se aplicaron pruebas comprensivas, “con el propósito de determinar el dominio que posee el estudiante respecto a los aprendizajes previos, considerados fundamentales en cada una de las asignaturas o figuras afines. La metodología de estas pruebas ha sido cuestionada debido a que por la definición de su diseño los resultados no son comparables y no se consideró a toda la población estudiantil, alerta la CGR.
Pero, ¿qué son estas pruebas comprensivas? Se trata de un instrumento de medición para determinar el dominio que posee el estudiante con respecto a los aprendizajes previos. Esto permitirá a los docentes identificar vacíos y adoptar acciones de recuperación.
Estas pruebas se aplican dos veces al año en primaria y secundaria. En el caso de primaria la prueba se aplica por cada asignatura: Matemática, Español, Estudios Sociales, Ciencias y finalmente Inglés.
En el caso de secundaria, se efectúa en todas las materias, incluyendo: Biología, Física, Química, Cívica, Inglés y Francés.
“Esta prueba no se debe confundir con la Prueba Nacional Estandarizada aprobada por el Consejo Superior de Educación según acuerdo AC-CSE-19-03-2023, ni con los componentes de la calificación regulados en el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes. De igual forma, la calificación obtenida en la prueba comprensiva no debe ser considerada para la nota de la asignatura o figura afín en cualquiera de los periodos lectivos”, detalla el MEP.
Para estos ciclos lectivos también se han aplicado las pruebas estandarizadas diagnósticas, con las cuales el MEP espera suplir necesidades de información de manera oportuna y complementar con pruebas estandarizadas sumativas al final de primaria y secundaria.
Esta inestabilidad deriva en que el sistema educativo carece de información sistemática y comparable respecto de sus resultados, lo cual inhibe la mejora continua, aspecto que también ha sido señalado por el Programado Estado de la Nación (PEN), agrega la CGR.
De acuerdo con el órgano contralor, la carencia de información suficiente en los resultados de las pruebas comprensivas y estandarizadas, dificulta la toma de decisiones para mejorar el sistema educativo.
Sobre este tema se consultó al MEP, sin embargo, al cierre de la nota no se ha obtenido una respuesta.
Inestabilidad en pruebas nacionales
El IX informe del Estado de la Educación también alerta sobre una inestabilidad en las pruebas nacionales que obstaculiza que haya un sistema educativo afectivo.
Según detalla el informe, uno de los desafíos más significativos en el ámbito de la macroevaluación educativa en el país es la constante modificación de objetivos y funciones, cada vez que hay un cambio de Gobierno.
Esta tendencia de alterar estas pruebas educativas ha persistido a lo largo de diversas administraciones gubernamentales, incluyendo la actual y la anterior.
De acuerdo con la investigadora del Estado de la Educación, Katherine Barquero, los sistemas de macroevaluación efectivos deben contar con autonomía técnica y política, instrumentos válidos para medir los aprendizajes, mecanismos de rendición de cuentas, canales de información pública y participación activa de la audiencia en los procesos de evaluación.
El objetivo esencial de todo sistema de educación es mejorar el aprendizaje de la población estudiantil, y en el contexto de la crisis del apagón educativo quisimos analizar la trayectoria y funcionamiento del sistema de macroevaluación como un factor determinante para alcanzar este objetivo.
Nos encontramos con un sistema históricamente reducido a la aplicación de pruebas con alta inestabilidad y deficiencias en todos sus componentes, explicó la investigadora del programa.
Además, según detalla la investigadora, cada cambio de Gobierno trae consigo modificaciones en la forma en que se evalúa la educación, lo que dificulta la construcción de una base de datos sólida y consistente para evaluar el progreso educativo de los estudiantes.
Por ejemplo, en el año 2019, en la administración de Carlos Alvarado, cuando se eliminaron las Pruebas Nacionales de Bachillerato y se introdujeron las Pruebas para el Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO).
Sin embargo, las Pruebas FARO fueron aplicadas solo una vez en 2021 y posteriormente eliminadas en 2022 debido a cuestionamientos técnicos, lo que generó una discontinuidad en la evaluación educativa.
Source
Rachell Matamoros