La examinación realizada con perros especializados de la Unidad Canina del Organismo de Investigación Judicial, apuntan a que Julieta Fernández Calderón fue calcinada en algún momento previo o posterior a la muerte, según confirmó el director Randall Zúñiga.
Inicialmente, los investigadores hicieron una revisión con un perro que detecta rastros de sangre. El can mostró interés a la par de un árbol y una especie de pozo, sin determinar un resultado completamente certero.
Eso llevó al OIJ a probar con otro canino, especializado en identificar presencia de hidrocarburos, brindando una alerta positiva, según explicó el jefe policial. Los agentes empezaron a escarbar una zona donde había presencia de tierra movida y fue entonces cuando consiguieron determinar la presencia de restos humanos.
Además, existe una especie de pileta de un metro de profundidad que tenía rastros de la presencia de fuego y hollín, que también dio positivo en presencia de alguna sustancia inflamable.
A 30 metros de distancia, a la par de un árbol, es donde había indicios de una remoción de tierra, que se filtrará con cedazo muy fino, para detectar hasta el menor indicio de huesos y restos de la víctima.
Todos estos elementos sumados hacen creer a los encargados de las pesquisas, que en algún momento previo o luego a la muerte, el sospechoso de apellidos Martínez Fallas y 26 años de edad, quemó a la víctima. Posteriormente, la habría enterrado.
El caso es investigado como un homicidio, motivado con la intención del sujeto de adueñarse tanto del vehículo como de los recursos de la mujer, quien era una policía del Departamento de Planes y Operaciones del Ministerio de Seguridad Pública.
La aparición del cuerpo ocurrió dentro de una propiedad en el cantón de Dota, cerca de la Finca La Lucha.
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Source
José Adelio Murillo