¿Qué se logra con el reconocimiento de un Estado palestino?

Este lunes 22 de septiembre de 2025, la Asamblea General de la ONU en Nueva York celebrará una cumbre especial sobre la guerra en la Franja de Gaza. Esta cita es la continuación de un proyecto diplomático liderado por Francia y Arabia Saudita para impulsar la reactivación de la solución de dos Estados —en la que Israel y Palestina coexistirían— como única respuesta al conflicto en curso desde hace décadas.

Con respecto a la reunión del lunes, varios países anunciaron que se unirán a los más de 145 miembros de la ONU que ya reconocen a Palestina como Estado. Entre ellos se encuentran Francia, Canadá, Reino Unido, Bélgica, Australia, Luxemburgo y Malta.

La mayoría de las recientes declaraciones europeas sobre el reconocimiento de Palestina como Estado se han producido a raíz de una campaña militar israelí en Gaza que ha causado la muerte de más de 65.000 personas, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás, aunque investigadores internacionales han estimado que el número de víctimas es mucho mayor.

El pasado lunes, la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado publicó un informe que concluye que Israel está cometiendo genocidio en Gaza.

Israel y su principal aliado, Estados Unidos, han rechazado este informe y otros que han llegado a la misma conclusión y han denunciado cualquier plan de reconocer a Palestina como Estado, alegando que hacerlo sería una “recompensa por el terrorismo”, en referencia al ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, liderado por el grupo militante Hamás, que mató a casi 1.200 personas y precedió a la campaña militar de Israel en Gaza.

Pero el reconocimiento potencial de Palestina como Estado es controvertido también por otras razones.

Solo “teatro político”

Incluso quienes apoyan a los palestinos consideran que reconocer a Palestina como Estado podría ser insuficiente si no se combina con acciones reales para proporcionar alivio mientras la guerra continúa.

“Los Estados occidentales adoptan gestos simbólicos, mientras que a los palestinos no les queda ni justicia ni condición de Estado, solo una brecha cada vez mayor entre la realidad vivida y la actuación internacional”, argumentó Inés Abdel Razek, directora de incidencia política del Instituto Palestino para la Diplomacia Pública, con sede en Ramala, Cisjordania ocupada, en un texto de agosto para el centro de estudios palestino Al Shabaka.

Este miércoles, el columnista del The Guardian Owen Jones escribió que “todas las acciones tomadas contra Israel han sido performativas, con el fin de silenciar los llamados a la acción de los ciudadanos”.

También existe cierta preocupación sobre cómo reaccionará Israel a una nueva tanda de reconocimientos, escribió esta semana Richard Gowan, director de la ONU del grupo de expertos International Crisis Group.

“El primer ministro Benjamin Netanyahu… tiene un largo historial de desafiar al resto de los miembros de la ONU”, escribió Gowan. “Un escenario que preocupa a los diplomáticos es que Netanyahu —quien declaró la semana pasada que ‘no habrá un Estado palestino’— pueda responder al proceso de reconocimiento anunciando en su discurso planes para anexar formalmente partes de los territorios palestinos”.

¿Puede el reconocimiento traer la paz?

Es evidente que el reconocimiento de un Estado palestino por sí solo no detendrá la guerra de Israel en Gaza.

“El reconocimiento es un sustituto erróneo de los boicots y las medidas punitivas que deberían tomarse contra un país que perpetúa el genocidio”, argumentó el columnista Gideon Levy en el periódico israelí Haaretz en agosto. “El reconocimiento es pura palabrería… Esto no detendrá el genocidio, que no se parará sin medidas prácticas de la comunidad internacional”.

De hecho, como señalan expertos legales, se trata de temas distintos. Sea Palestina un Estado o no, el derecho internacional ya obliga a otras naciones a hacer todo lo posible para impedir que se cometa un presunto genocidio.

Una mejora diplomática

Lo que el reconocimiento de un Estado palestino podría lograr es fortalecer los argumentos a favor de un alto al fuego dentro de las estructuras diplomáticas, burocráticas y legales internacionales existentes.

En la edición de otoño de 2025 de la revista académica trimestral The Cairo Review of Global Affairs, el analista político egipcio Omar Auf señaló que funcionarios palestinos habían intentado previamente adherirse a las Convenciones de Ginebra en 1989, pero fueron rechazados por Suiza porque, según dijeron los suizos, había “incertidumbre” sobre la existencia de un Estado palestino.

En agosto, Nomi Bar-Yaacov, negociadora de paz del Centro de Política de Seguridad de Ginebra, declaró a DW que el reconocimiento “no cambia nada inmediatamente, pero otorga a los palestinos una participación mucho mayor en las negociaciones, porque negociar entre un Estado y otro Estado no es lo mismo que negociar entre un Estado y un Estado no reconocido [o] un Estado que es simplemente una entidad”.

El reconocimiento bilateral podría considerarse una forma de mejora diplomática. Los países que reconozcan a Palestina como Estado —por ejemplo, Francia o Bélgica— deben revisar sus vínculos con Palestina, así como evaluar sus obligaciones legales con el Estado reconocido. Por eso, argumentan que esto también podría conllevar a una revisión de sus vínculos con Israel.

El reconocimiento es solo un primer paso

“El reconocimiento no es una política, es un comienzo. El verdadero trabajo comienza al día siguiente”, argumentó Anas Iqtait, profesor de economía política de Oriente Medio en la Universidad Nacional Australiana, en Akfar, publicado en agosto en Doha, por el Consejo del Medio Oriente para Asuntos Globales.

Es cierto que el reconocimiento es, sin duda, simbólico, declaró a DW Hugh Lovatt, investigador sénior de políticas del programa de Oriente Medio y Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). “Pero el simbolismo no siempre es malo. Dados los países que realizan el reconocimiento —Francia y el Reino Unido, en particular—, se trata de una reafirmación importante de los derechos y la autodeterminación de los palestinos, el derecho a vivir libres de la ocupación, el derecho a la condición de Estado, etc”.

Aun así, las medidas simbólicas deben ir acompañadas de medidas prácticas, afirmó Lovatt.

En una conferencia de prensa celebrada el miércoles en Bruselas, la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, instó a los Estados miembros a aumentar los aranceles sobre algunos productos israelíes y a sancionar a los colonos y a dos altos cargos políticos israelíes. Estas medidas ya las habían recomendado expertos del ECFR. Una fuente en Bruselas declaró a DW que Italia, que anteriormente se había opuesto a sancionar a Israel, podría incluso retirar sus objeciones pronto.

“Hace incluso tres años, el reconocimiento podría haber sido el fin de la historia”, dijo Lovatt. “Pero creo que, dado que la situación ha cambiado drásticamente en términos de opinión pública y política, ya no se trata más de reconocer [a Palestina] o hacer otra cosa”.

Actualmente, se están impulsando múltiples medidas simultáneamente, afirmó Lovatt, lo que refleja cómo ha cambiado la opinión pública en todo el espectro político desde 2023.

“[El reconocimiento] debería considerarse como la trayectoria a seguir”, concluyó Lovatt, y “puede que no lo logremos mañana, pero la trayectoria es clara”.

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