“Con sus llamadas el Papa Francisco nos daba fuerzas para seguir adelante”, le dice a BBC Mundo desde Gaza el sacerdote argentino Gabriel Romanelli.
El religioso, conocido por los fieles como “Padre Gabriel”, es el párroco de la única iglesia católica en Gaza, donde durante más de 16 meses se han refugiado unas 500 personas de los ataques israelíes.
“El Papa nos llamaba para manifestar su cercanía, pedir que cuidemos a los niños, a los que sufren, agradecernos nuestro ministerio”, relata Romanelli desde la Parroquia Sagrada Familia en la Ciudad de Gaza.
El sacerdote se enteró del fallecimiento del Pontífice estando en la cercana iglesia ortodoxa.
“Habíamos ido a saludar a la comunidad griego ortodoxa de Gaza por motivo de la Pascua y estando allí hemos recibido la noticia. Durante más de un año y medio el Papa nos llamó todos los días. Vecinos musulmanes y refugiados católicos y ortodoxos, todos están muy dolidos”.
Musa Ayyad, un cristiano ortodoxo que se refugia en la parroquia, declaró al Servicio Árabe de la BBC que la noticia del fallecimiento de Francisco causó consternación en los cristianos de la Franja.
“Es una gran pérdida para nosotros. El Papa Francisco apoyó al pueblo de Gaza con todo su corazón y su alma. Antes de morir, y cuando supimos de su enfermedad, oramos por su recuperación porque era un hombre de paz y amor”, afirmó Ayyad.
El padre Gabriel relató que a pesar del dolor, “toda la gente de acá vio como un signo de benevolencia divina el hecho de que el Papa murió en Pascua“.
“Murió el lunes del Ángel que es el lunes de Pascua. Y la gente decía ‘está descansando, ahora que está con Jesús podrá ayudarnos más en orden a que llegue la tan deseada paz a la Franja de Gaza'”.

La última llamada
El padre Gabriel relató a BBC Mundo que el Papa llamó por última vez a la parroquia el 19 de abril, al celular de otro de los sacerdotes en la iglesia, el padre egipcio Yousef Assad.
“Fue el sábado de Gloria, antes de la vigilia, él solía llamar a las 8 de la noche. El padre Yousef le mandó un mensaje diciéndole ‘Santo Padre, mirá que vamos a tener la vigilia y es larga’ porque teníamos tres horas y pico de oración. Le mandó un mensaje a las 7, y a las 7 y algo nos llamó el Papa”.
“Estábamos en la iglesia rezando el rosario y salimos. Había mucha gente, había niños, jóvenes, familias”.
“El Papa dijo ‘gracias por rezar por mí’. Y nos dijo ‘yo rezo por ustedes y les doy la bendición a todos’. Y eso fue lo último. El domingo no nos llamó. Sabíamos que había estado en la plaza San Pedro. Y el lunes falleció, lo que fue una gran sorpresa”.
George Anton, jefe del comité de emergencia de la Iglesia católica en Gaza, quien se refugia junto a su familia en la parroquia, relató al Servicio Árabe de la BBC que en otra llamada hace dos semanas el Pontífice les dijo “No tengan miedo, estoy con ustedes. Cuídense y permanezcan firmes en la fe”.
“Siempre nos preguntaba: ‘¿Qué han comido? ¿Tienen agua? ¿Tienen suficiente comida? ¿Han comido hoy? ¿Cómo están sus hijos? ¿Cómo está su salud? ¿Tienen medicinas?'”, agregó Anton.

Las llamadas diarias del Papa eran la manifestación de una profunda convicción, según el padre Gabriel.
“Él ha sido muy coherente cuando decía que hay que estar cerca del que sufre, del necesitado. Él combatió mucho la cultura del desecho, de que la persona humana que sufre sea porque es pobre o porque está enferma o porque está anciana no sirve”.
“Entonces es la aplicación lógica de su convicción de que hay que servir a Jesús en los pobres. Y él habrá visto que entre todas las necesidades de la Iglesia y de la sociedad, esta pequeña comunidad aquí era uno de los signos que manifiesta el amor de Cristo entre todos, sin distinción, tratando de rezar y trabajar por la paz para todos”.
La aflicción del Papa por Gaza
Con sus llamadas a la parroquia y en múltiples declaraciones, el papa Francisco dejó clara su constante preocupación por la situación en los territorios palestinos.
Bajo su pontificado el Vaticano reconoció a Palestina como Estado.
En 2014, en una visita a Belén, el Papa rezó ante el muro erigido por Israel para separar Cisjordania.
Un día antes de su muerte, en su último mensaje de Pascua, el Pontífice afirmó: “Pienso en la población de Gaza y, en particular, en su comunidad cristiana, donde el terrible conflicto continúa causando muerte y destrucción, y creando una situación humanitaria dramática y deplorable”.
El Papa, quien lideró a los 1.400 millones de católicos del mundo, también reiteró su llamado a un cese el fuego inmediato en Gaza: “Hago un llamado a las partes en conflicto: ¡declaren un alto el fuego, liberen a los rehenes y permitan la ayuda a un pueblo que está muriendo de hambre y aspira a un futuro de paz!“
“El papa Francisco recordó el sufrimiento en Gaza y pidió justicia y paz para toda la región. Esta fue su última oración, como si hubiera enviado un mensaje al mundo”, señaló el padre Gabriel.
“Espero que los líderes del mundo reciban este mensaje por el bien de la paz entre Palestina e Israel y por el bien de todo el pueblo de Gaza y la región entera”.

De acuerdo a extractos publicados en noviembre pasado por el diario italiano La Stampa de su libro “La esperanza nunca defrauda”, el Papa pidió investigar si lo que ocurre en Gaza podría ser genocidio.
“Según algunos expertos lo que está sucediendo en Gaza tiene características de genocidio. Esto debe ser estudiado cuidadosamente para determinar si la situación corresponde a la definición técnica formulada por los juristas y las organizaciones internacionales”, señalan los extractos.
Israel niega las acusaciones de genocidio y defiende su ofensiva militar en Gaza para acabar con Hamás, grupo islamista que el 7 de octubre de 2023 asesinó a 1.200 personas en territorio israelí y tomó como rehenes a más de 200.
Amnistía Internacional, relatores de la ONU y expertos en el Holocausto como el académico israelí Amos Goldberg afirman que lo que sucede en el territorio palestino es genocidio.
El Papa manifestó una vez más su aflicción por Gaza en diciembre pasado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel convocó al embajador del Vaticano, el arzobispo Adolfo Tito Yllana, para expresar su indignación por las duras críticas del Papa a las acciones de Israel contra los palestinos.
Francisco había señalado, tras un ataque israelí: “Ayer bombardearon a niños, esto es crueldad, esto no es guerra. Quería decir esto porque es algo que toca el corazón”.
La actual ofensiva israelí en Gaza ha dejado más de 51.000 muertos, incluyendo más de 17.000 niños, y más de 116.000 heridos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza.

Harina con gusanos
En los últimos meses el papa Francisco y la Iglesia católica intercedieron para permitir la entrada de alimentos a la parroquia, según relató el padre Gabriel.
“Gracias al apoyo de la Iglesia, del Papa, del patriarcado de Jerusalén, hemos podido ayudar a miles de familias de nuestros barrios, que es una barriada muy pobre”.
Pero el 2 de marzo Israel impuso un asedio total a la Franja de Gaza y desde entonces no ha permitido la entrada de medicinas ni alimentos.
“En este momento el bloqueo es total. No hemos podido recibir más ayuda“, afirmó el Padre Gabriel.
“El mismo Papa Francisco usó una imagen, si recuerdo bien fue el 6 de abril, en que habló de un sufrimiento inimaginable. Y es verdad, es un sufrimiento inimaginable cuando uno ve que las personas tamizan la harina porque está con gusanos y hay que tamizarla dos o tres veces”.
“Hay gente que hace lo que yo llamo café de lentejas porque al café lo van tostando y le van agregando lentejas tostadas pulverizadas o garbanzos”.
“En este momento tenemos latas de conservas donde nosotros estamos en el predio con los 500 refugiados y los vecinos. Estamos purificando el agua para hacerla potable, pero no sabemos cuánto más va a seguir esta situación”.

Sentimiento de orfandad
Numerosos fieles cristianos han hablado de su sentimiento de “orfandad” desde el fallecimiento del Papa.
“En un cierto sentido es así. Acá lo han manifestado musulmanes, católicos, ortodoxos, diciendo ‘no se ha muerto solamente el Papa, se ha muerto nuestro padre'”, señaló el Padre Gabriel.
“Pero al mismo tiempo nosotros decimos que nuestro padre en el cielo es Dios, Dios omnipotente. Él es la divina Providencia y él no nos va a dejar huérfanos. Jesucristo dijo ‘no os dejaré huérfanos'”.
“La muerte es parte de la vida, como decía mi madre, y es así. Todos hemos de morir”.
“Dios le concedió al papa Francisco una larga vida. Y sabemos que él junto a Jesús nos puede ayudar más de lo que lo hizo durante sus días terrenales“.

La muerte del parroquiano número 50
La comunidad cristiana en Gaza ha sido blanco de ataques de las fuerzas israelíes. En octubre de 2023 un bombardeo israelí dejó 18 muertos en la iglesia ortodoxa de San Porfirio. Ese mismo año, según numerosos informes, murieron tres mujeres por disparos de francotiradores, incluyendo una madre ey su hija dentro del complejo de la parroquia católica, en un ataque que fue condenado por el Papa.
Antes de la actual ofensiva, los cristianos en Gaza eran 1.017 personas, incluyendo a ortodoxos y 135 católicos, relató el Padre Gabriel.
“En este año y medio murieron 49 personas de la comunidad cristiana, 20 de muerte violenta por bombardeos o francotiradores, varios por falta de medicinas, algunos muy ancianos, muy enfermos. Hemos perdido de esa manera al 5% de la comunidad cristiana de Gaza, es muy grave“.
La parroquia Sagrada Familia acaba de perder ahora a su parroquiano número 50, señala el sacerdote argentino.
“Todos considerábamos al Papa un parroquiano más porque estaba todo el tiempo preocupándose, tomando el pulso de la parroquia. Era un modo también de honrarlo, porque ahora tampoco lo vamos a escuchar todos los días como estábamos habituados”.
“Él fue el número 50, el único que murió sin estar aquí en la parroquia”.

Las llamadas que ya no llegan cada día a las 8 de la noche han dejado un vacío.
“Fue una cosa super extraordinaria lo que ha pasado con las llamadas, creo que en la historia no sé si ha habido otro caso así”, afirmó el Padre Gabriel.
“Y por más que el Papa que venga no llame todos los días, sabemos que todos han tomado ejemplo también del papa Francisco en orden a trabajar por la paz”.
“Eso es también lo que nos queda a nosotros, seguir sirviendo a Cristo, ayudando a las almas sin distinción de si son católicos, ortodoxos, musulmanes, judíos o incluso personas que no creen en nada. El valor de la persona humana para nosotros es absolutamente sagrado y ese es el motor que nos mueve, la fuerza que nos mueve para servir a Dios en el prójimo”.