Poder Judicial de Costa Rica

“Las letras también son femeninas”

  • Melissa Benavides Víquez ganadora del reconocimiento “Ulises Odio Santos” en el marco de Año Judicial 2024.

¡Mujeres, escriban…! Es el enfático mensaje que quiere transmitir Melissa Benavides Víquez, jefa de la Unidad de Acceso a la Justicia y quien es la ganadora del reconocimiento “Ulises Odio Santos” al autor o autora que hubiese publicado un trabajo, artículo o escrito en general de utilidad y trascendencia para el Poder Judicial.

El libro que le mereció este premio es: “La perspectiva de género como principio general del Derecho”, el cual, según su autora ofrece una herramienta muy sencilla para evidenciar los sesgos de género en el derecho.

“En la universidad nos han enseñado que el derecho es neutral pero no es así. En el tanto las conquistas de los derechos humanos que registra la historia del mundo occidental hayan tenido al hombre como referente de la humanidad, las mujeres quedamos fuera de rebote, así como otras intersecciones que marcan el destino de las personas como la discapacidad, la etnia, la edad, entre otras muy importantes”, señaló Benavides Víquez.

Ingresó al Poder Judicial en el año 2001 como meritoria en la Sala Constitucional, luego obtuvo nombramientos en la Secretaría General de la Corte, en el Ministerio Público, en la Escuela Judicial y en la Secretaría Técnica de Género. Su primer nombramiento profesional fue como jueza en violencia doméstica, pensiones alimentarias y familia en el Juzgado de Puriscal, después tuvo otros nombramientos en diferentes juzgados del país.

“Cada nombramiento y cada puesto me ha enseñado algo pero fue en la Unidad de Acceso a la Justicia que siento he recibido de las experiencias más enriquecedoras. He tenido la oportunidad de estar más cerca de las personas usuarias y escucharlas, así como de funcionarias y funcionarios judiciales que tienen ideas bien intencionadas”.

Sobre sus estudios

Melissa cursó el bachillerato y la licenciatura en la Escuela Libre de Derecho, fue becaria académica de la Organización de Estados Americanos en los años 2011-2012, tiempo que vivió en Argentina y obtuvo una Maestría en la Universidad de Buenos Aires: “Esa experiencia fue maravillosa, aprendí y crecí como persona. Para mí el estudio es un tema inacabado, siempre estaré estudiando. Me gusta actualizarme en temas jurídicos pero también sociales y literarios, me gusta estar leyendo de todo, soy nieta de maestros normalistas, por lo que me considero una eterna estudiante”.

“Agradezco a quienes se ríen conmigo”

“A mí me gusta hacer a la gente reír, creo que en los tiempos de angustia y de estrés que vivimos, reír es un acto de resistencia. Muchas veces se logra más con un rato agradable y un buen recuerdo. Agradezco a mis compañeras y compañeros que se ríen conmigo”.

Su familia

Yo debo decir que tengo una vida plena. Tengo un compañero de vida fantástico y además un aliado. Con Norberto me río todos días, somos dos cronopios que viven eternamente en el capítulo 7 de Rayuela. Mi hijo mayor Máximo es un preadolescente muy formal, logra mantener conversaciones muy profundas con su corta edad. Llegó a nuestras vidas en el Asteroide B-612, durante el año 2012. Mi hija menor Leonora nació en el 2016, es una pequeña con opiniones sólidas y defensora de las causas imposibles. Es la heroína de algún libro que no se ha escrito aún”.

Su tiempo libre y lectura

Le gusta estar con su familia, leer, comer, escribir y viajar: “Tengo todos mis pasatiempos claros. Si me preguntaran por recomendaciones de lectura, yo no me atrevería a sugerir un libro en específico, sino todos. La gente que lea lo que le guste y si no le va gustando la lectura, que lo deje y lea otro. La lectura no debe ser forzada sino disfrutada. Así es la vida de quien lee”.

“El Poder Judicial nos permite conocer gente y tener experiencias que en otras circunstancias nunca hubiésemos podido”

“Recuerdo una vez que era asistente en el Ministerio Público y teníamos que hacer una reconstrucción de hechos. Se suponía era una diligencia relativamente tranquila y sencilla. Mi jefatura de entonces solicitó la compañía de un par de policías de la Fuerza Pública. El detalle era que la diligencia era en La Cueva del Sapo. En el día y hora del evento, nos quedamos de ver con “ese par” de policías cerca de las instalaciones de una televisora nacional que quedaba camino al lugar. Mientras íbamos en el vehículo oficial, ambas esperábamos toparnos una patrulla para seguirles en el camino. Nuestra sorpresa fue que había dos buses grandes llenos de policías fuertemente armados para asistirnos. Yo me puse nerviosísima por semejante despliegue policial pero una vez que llegamos al lugar vimos otro escenario: la cotidianidad de la gente del lugar, las mujeres con sus hijos asomadas por las ventanas, las abuelas, las personas que salían a su trabajo a esa hora, quienes vendían en la calle, gente que esperaba el bus, las personas de los comercios.”.

Sobre esta anécdota Benavides Víquez continuó “ese día despertamos mucho la curiosidad, los chiquitos y las chiquitas nos saludaban desde sus casas, nos hacían preguntas, realmente eran personas muy amables y ahí pude tener un contacto con una realidad muy distinta a la mía. Estábamos en su espacio y nos recibieron bien. Fue una gran lección, desde muy joven me di cuenta la responsabilidad que significa trabajar en el Poder Judicial”.

La ganadora del reconocimiento “Ulises Odio Santos” aseguró que es un verdadero honor y un gran compromiso haber obtenido este premio. Sobre ello puntualizó: “los temas de género no son los más populares pero las mujeres nos hemos propuesto a no ser invisibilizadas nunca más. Yo no puedo escribir sin perspectiva de género”.

 

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