Afectaciones a la agricultura, la biodiversidad y la infraestructura, reporta Pérez Zeledón en los últimos 20 años, donde el 53% de los eventos extremos fueron inundaciones y el 31 por ciento de deslizamientos.
Estos son parte de los resultados del diagnóstico que hizo un equipo de investigación y extensión de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (Edeca-UNA), que trabaja en fortalecer las capacidades locales para enfrentar el cambio climático.
Este esfuerzo, que inició con la formación en cambio climático (2012-2016) y luego con el desarrollo de una metodología de adaptación (2017-2020), tiene como meta a partir de 2021, la elaboración de Planes de Acción Climática articulados con la planificación local.
Otras amenazas climáticas detectadas incluyen erosión, vientos intensos, sequías, cabezas de agua y olas de calor.
Ante este panorama, el cantón se prepara y define acciones concretas que permitan atender estas adversidades del clima, estas se contemplan en un Plan de acción para la adaptación al cambio climático, que se articula con la planificación local.
De acuerdo con Alina Aguilar Arguedas, investigadora de la Edeca-UNA, este plan contiene medidas orientadas a disminuir la vulnerabilidad de los sistemas humanos y naturales a los efectos del cambio climático.
Este es un proceso de construcción participativa que inició en el 2021 con talleres en todos los cantones, y reuniones periódicas con la Comisión de Cambio Climático de la Municipalidad de Pérez Zeledón, la Comisión Nacional de Emergencias y otras instancias públicas y privadas.
El plan de Pérez Zeledón se enfoca en cinco ejes prioritarios: Servicios públicos adaptados e infraestructura resiliente; Gestión del riesgo; Economía local resiliente; Gestión del agua y salud, y gestión de la biodiversidad y manejo de los recursos naturales.
Dentro de las medidas prioritarias destacan el rehabilitar áreas de protección de ríos, nacientes y reforestación de fincas, gestión integral del recurso hídrico y la promoción de acciones para el desarrollo de emprendimientos verdes.
El proyecto también tiene un componente nacional a través de la Red Costarricense de Gobiernos Locales ante el Cambio Climático (RED-CGLAC), desde donde se impulsan iniciativas para garantizar la sostenibilidad de las acciones locales.
La vulnerabilidad climática se define como el grado de susceptibilidad de un sistema para enfrentar los efectos adversos del cambio climático y, en particular, la variabilidad del clima y los fenómenos extremos.
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Carmen Picado