El papa Francisco reiteró el miércoles su firme oposición a la legalización del consumo de drogas, denunciando a los “traficantes de muerte” y el impacto del tráfico de estupefacientes en el medio ambiente.
“No se reducirá la toxicomanía liberalizando el uso de las drogas, como se ha propuesto, o ya se ha implementado, en algunos países. Esto es una fantasía”, declaró el papa durante su audiencia general semanal en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Varios países, entre ellos Canadá, Uruguay, Malta y más recientemente Alemania, han legalizado el cannabis para uso recreativo.
“Es un deber moral poner fin a la producción y al tráfico de estas sustancias peligrosas”, añadió ante miles de fieles con motivo del día internacional contra el tráfico de drogas, instituido por la ONU.
Calificando a los traficantes de “asesinos” impulsados por “la lógica del poder y del dinero”, el jesuita argentino también denunció “el impacto destructivo” del tráfico de drogas en el medio ambiente, especialmente en la cuenca del Amazonas.
Frente a este “flagelo”, que “siembra sufrimiento y muerte”, Francisco llamó a la benevolencia hacia las personas dependientes, invitando a “actuar, a detenernos ante las situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y de la angustia”.