El gobierno de Nicaragua anunció este martes su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ordenó además el cierre “a lo inmediato” de su representación y de sus oficinas en Managua, luego de que ese organismo incluyera al país como una de las naciones con mayor hambre en el mundo.
“La actitud de la FAO es inaceptable, inadmisible e irrespetuosa. En consecuencia, comunicamos el retiro de Nicaragua de esta Organización y exigimos el cierre de su Representación y Oficinas en Nicaragua a lo inmediato”, demandó en una carta el canciller nicaragüense, Valdrack Jaentschke.
En la misiva, dirigida al director general de la FAO, Qu Dongyu, el gobierno de Daniel Ortega rechazó el informe “Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024”, que indica que más de 1,3 millones de personas padecen hambre en Nicaragua.
El canciller alegó que lo rechazan “por carecer de objetividad, rigor metodológico, por contener información falsa, con tendencia injerencista, agresiva y que ha sido difundida de manera mal intencionada con fines políticos”.
El 19,6% de la población total de Nicaragua padece hambre, mientras el 15% (100.000) de niños menores de cinco años presentan retraso en su crecimiento por falta de una buena nutrición, según ese informe elaborado por la FAO.
La situación empeoró desde 2018-2020, cuando la FAO estimaba que en Nicaragua el 17,8% de la población —1,1 millones de habitantes— padecía hambre.
“En el citado documento se publica información y datos sobre Nicaragua que no fueron autorizados, ni consultados a nuestras instituciones, ni validados por el gobierno de la República de Nicaragua”, alegó el canciller nicaragüense.
Jaentschke argumentó que las organizaciones internacionales están obligadas a respetar los Estados Parte y el uso de la información debe contar con el consentimiento previo y aprobación del Estado concernido, “lo cual ha sido incumplido por la FAO”.
El jefe de la diplomacia nicaragüense acusó, por tanto, a la FAO de facilitar “insumos falsos para publicaciones negativas que tienen como finalidad desprestigiar al gobierno de Nicaragua y sus políticas de lucha contra la pobreza, desarrollo humano y seguridad alimentaria”.
En la carta, el canciller nicaragüense no ofreció los datos oficiales sobre el porcentaje de la población que pasa hambre en Nicaragua.