La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen pasó este martes a la ofensiva con críticas a la decisión judicial que la inhabilita a presentarse durante cinco años a elecciones, sin perder la esperanza en una candidatura a la presidencial de 2027.
“El sistema sacó la bomba nuclear y si usan un arma tan poderosa contra nosotros, es evidentemente porque estamos a punto de ganar las elecciones”, afirmó ante sus diputados Le Pen, a quien la condena le impide por ahora postularse a esos comicios.
A la cabeza del Frente Nacional, rebautizado Agrupación Nacional (RN), desde 2011, la política de 56 años logró suavizar la imagen radical heredada de su padre Jean-Marie Le Pen y normalizar esta tendencia política, en paralelo a su avance en Europa y el mundo.
Pero la condena se interpuso en el camino de la finalista en las presidenciales de 2017 y 2022, cuando cayó en el balotaje ante el centroderechista Emmanuel Macron, que ya no puede presentarse. Los sondeos la dan en cabeza de la primera vuelta.
“Un sismo político”, resume la prensa sobre su condena el lunes a cinco años de inhabilitación inmediata y a dos años de prisión firme a domicilio por malversar fondos públicos cuando era eurodiputada, en el caso de los falsos asistentes parlamentarios.
Marine Le Pen, que siempre ha defendido su inocencia, ya cargó el lunes por la noche contra una “decisión política”, propia de “regímenes autoritarios”, durante una entrevista en la cadena TF1, que cosechó casi un 40% de cuota de audiencia.
El tribunal correccional de París estimó que la política estaba en el “corazón” de un “sistema” puesto en marcha entre 2004 y 2016 para que los asistentes parlamentarios de su partido, pagados por el Parlamento Europeo, trabajaran “en realidad” para la formación, algo prohibido.
Una veintena de personas, entre miembros y trabajadores de RN, fueron declarados culpables, junto al partido. Los condenados deberán devolver 3,2 millones de euros al Parlamento Europeo (3,46 millones de dólares), que se suman a los 1,1 millones ya abonados.
“Proceso justo”
Los aliados nacionales e internacionales de Le Pen reaccionaron con virulentas críticas contra la “tiranía de los jueces”, en palabras del presidente de RN, Jordan Bardella, y contra un abuso del “sistema legal” por la “izquierda radical”, según el magnate estadounidense Elon Musk.
“Nadie a quien le importe la democracia puede alegrarse de una sentencia que golpea a la líder de un partido importante y priva de representación a millones de ciudadanos”, dijo este martes la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, al diario Il Messaggero.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, inhabilitado hasta 2030 y acusado de un supuesto intento de golpe de Estado en 2022, denunció una “persecución” contra Le Pen y deseó que pueda “disputar” la próxima elección presidencial.
El fallo también dividió a la clase política francesa. El propio primer ministro, François Bayrou, está “consternado”, según su entorno. La mayoría de partidos de la oposición de izquierda llamaron a respetar la decisión judicial.
“Esta decisión no es una decisión política, sino judicial, dictada por tres jueces independientes e imparciales”, al término de un “proceso justo”, defendió este martes Rémy Heitz, uno de los dos más altos magistrados de Francia ante las críticas.
La presidenta del tribunal que dictó sentencia recibió protección policial, incluidas rondas en torno a su domicilio, tras recibir amenazas, indicó a la AFP una fuente próxima al caso. Heitz se dijo “escandalizado” por la situación.
Le Pen presiona ahora a la justicia para que analice su recurso contra la sentencia y pueda celebrarse el juicio en apelación lo antes posible, para que le dé tiempo, en caso de absolución o inhabilitación en suspenso, a presentarse a la presidencial.
Pero la precampaña electoral ya empezó. Su partido, que lanzó una petición en línea y llamó a movilizaciones “pacíficas” el fin de semana, se presenta como la víctima de una persecución judicial para impedirles llegar al poder.
“Harán todo para impedirnos llegar al poder”, aseguró en la radio Europe 1 Bardella, quien aparece como candidato alternativo a la presidencial si la líder ultraderechista no puede postularse. “Estamos lejos de estar muertos”, advirtió.