El impacto de los refuerzos fallidos de Alexandre Guimaraes en el fracaso de Alajuelense
El fracaso de Alajuelense en el Torneo de Apertura 2024 no puede explicarse sin señalar uno de sus actores más relevantes: Alexandre Guimaraes. El técnico brasileño, quien gozó de la libertad total para contratar jugadores con miras a alcanzar el tan ansiado título número 31 para el club, no logró materializar sus planes, dejando al equipo sin el trofeo y, lo que es peor, con una sensación de fracaso colectivo. Las decisiones tomadas en el mercado de fichajes, y la falta de resultados por parte de algunos refuerzos, han dejado una marca en este ciclo, poniendo en duda la efectividad de la estrategia deportiva del club.
Al inicio del proceso, el entorno manudo depositó su confianza en Guimaraes, dándole carta blanca para formar su plantilla. Sin embargo, el curso del campeonato evidenció que, lejos de ser el motor que impulsara a la Liga hacia el campeonato, algunos de los refuerzos no estuvieron a la altura de las expectativas. A pesar de la presencia de jugadores de renombre como los españoles Iago Falque y Alberto Toril, el brasileño Anderson Cardoso, o el colombiano Larry Angulo, entre otros, el equipo no logró dar el golpe definitivo, y la tan esperada 31° estrella sigue siendo esquiva.
El argentino Pablo Izaguirre, exjugador de la Liga, fue claro al señalar que los refuerzos extranjeros, aunque empezaron con buenas expectativas, no cumplieron con el objetivo final: el campeonato. En particular, Falque, quien llegó con un alto cartel, fue señalado como el más señalado por su rendimiento por debajo de lo esperado. Izaguirre también destacó la falta de una figura fuerte dentro de la dirección deportiva que pudiera confrontar a Guimaraes cuando sus decisiones no estaban funcionando, lo que a su juicio contribuyó al fracaso de las contrataciones.
Desde otra perspectiva, el periodista deportivo Johnny “Loco” González fue aún más crítico, asegurando que la mayoría de las contrataciones fueron un fracaso. Sin embargo, reconoció el aporte de jugadores como Anderson Cardoso, destacando que, a pesar de sus limitaciones, mostró entrega en el campo, a diferencia de otros foráneos que no dejaron huella. En cuanto a los costarricenses Matarrita y Oviedo, González presentó una evaluación ambigua, reconociendo que Matarrita nunca estuvo en su mejor forma física y que Oviedo recuperó su nivel solo al final del torneo.
Este escenario pone en evidencia la necesidad de una planificación más rigurosa en Alajuelense. Las decisiones en torno a los refuerzos, la elección de los jugadores adecuados y el papel del gerente deportivo, Javier Santamaría, son claves para entender el fracaso. Los fanáticos y la dirigencia deben reflexionar sobre estos aspectos para corregir el rumbo y lograr, finalmente, el regreso del éxito que tanto anhelan.
