La mañana de este jueves 27 de febrero se informó que el reconocido actor estadounidense Gene Hackman, de 95 años, fue hallado sin vida en su casa en Nuevo México, junto a su esposa y su perro.
Hasta el momento, la causa oficial de su fallecimiento no ha sido confirmada. Sin embargo, su hija, Elizabeth Jean Hackman, señaló que se sospecha de una posible intoxicación por monóxido de carbono.
Después de haber forjado una impecable carrera, el actor decidió, en 2004, retirarse de la vida actoral debido a que “su corazón no estaba en condiciones de continuar con ese estilo de vida”.
Aunque su carrera como actor estuvo llena de éxitos, detrás de ella hay una historia compleja. A lo largo de los años, Hackman tuvo que enfrentar distintas situaciones complicadas.
Abandono de su padre y muerte de su madre
Nacido en 1939 en San Bernardino, California, Gene Hackman vivió una dura experiencia a los 13 años: el abandono de su padre. Sin previo aviso, su padre se subió a un automóvil, le saludó con la mano y desapareció para siempre. Años después, al recordar ese momento, Hackman comentó: “Por la forma en que me miró, supe que nunca volvería”.
A los 16 años, mintió sobre su edad para unirse a la infantería de Marina, donde sirvió en China y Japón como operador de radio. Sin embargo, su tiempo en el servicio no estuvo exento de problemas.
En 1962, un incendio consumió la casa de su madre. Hackman no solo perdió a su madre en aquel devastador incendio, sino que también cualquier posibilidad de redención en una relación que había sido tensa y distante.
Duro camino hacia la fama
Pese a que Hackman tuvo mucho éxito en su vida como actor, no todo fue color de rosa. Cuando ingresó al Pasadena Playhouse, una prestigiosa escuela de actuación en California, fue humillado por algunos de sus profesores, quienes lo calificaron como el estudiante con menos posibilidades de éxito.
Para no dejarse consumir por las humillaciones de sus profesores, decidió mudarse a Nueva York, donde vivió en apartamentos junto a actores como Dustin Hoffman y Robert Duvall. Juntos trabajaron en empleos precarios y se apoyaron mutuamente para salir adelante.
El papel que lo puso en el mapa fue en 1967, cuando interpretó a Buck Barrow. Otro de sus papeles que le dio fama fue el del detective Popeye Doyle en The French Connection, personaje que le permitió ganar su primer Óscar.
Lejos de la farándula
A pesar de haber recorrido un largo y arduo camino para alcanzar la fama, siempre fue una persona muy reservada. Según medios internacionales, detestaba las entrevistas y evitaba a toda costa los eventos sociales.
Cuando terminó de filmar su última aparición en la pantalla grande, Welcome to Mooseport, decidió tomar distancia de los reflectores para dedicarse a una vida más tranquila, en la que disfrutaba de su perro, y gran parte de su tiempo lo dedicó a la literatura.
Pese a las complicaciones que tuvo que pasar a lo largo de su vida, sin duda será uno de los actores más recordados en el mundo del entretenimiento.
Source
Camila Castro