Donald Trump ha sido acusado de unir más, sin advertirlo, a los países BRICS ―un grupo de algunas de las economías emergentes que más rápidamente crecen― al imponerles aranceles más altos que a otros países.
El miembro más importante de los BRICS, China, todavía se enfrenta a tarifas de un 145 %, si no logra un acuerdo con Trump, mientras Brasil e India han sido afectados con un 50 %. La mitad de la multa a la India es por la compra de petróleo barato a Rusia. Sudáfrica debe pagar un 30 %, e incluso nuevos miembros como Egipto podrían recibir aumentos debido a su participación en los BRICS.
Trump advirtió repetidamente durante su segundo mandato sobre medidas punitivas adicionales contra cualquier país que se alinee con las llamadas “políticas antiestadounidenses”, y apuntó al desafío creciente de los BRICS al dominio global de Estados Unidos.
Trump dio a los BRICS un “incentivo compartido”
El exfuncionario comercial indio Ajay Srivastava cree que las naciones BRICS sienten “poca intimidación” ante estas sanciones. Los aranceles “dan a los BRICS un incentivo compartido para reducir su dependencia de Estados Unidos, incluso si las agendas difieren”, dijo a DW.
Ahora, amplían sus tratados bilaterales de comercio en moneda nacional para reducir la dependencia del dólar estadounidense, y sus bancos centrales también incrementaron la compra de oro, otra señal de su deseo de desdolarizar sus economías.
Mientras Trump declara la “muerte” de los BRICS, Max Boot, miembro sénior del grupo de expertos Council on Foreign Relations, acusa al presidente estadounidense de “mala praxis estratégica” en un artículo de opinión reciente en The Washington Post.
Desde su punto de vista, Trump está “disminuyendo el poder de Estados Unidos al unir perversamente a los amigos de Estados Unidos con nuestros enemigos”, una referencia a cómo Brasil, Sudáfrica e India se están alineando más estrechamente con China y Rusia.
Xi, Modi y Putin se reunirán en China
Una muestra más de esa creciente solidaridad se verá en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, norte de China, que comienza este domingo 1.º de septiembre. El presidente chino, Xi Jinping, recibirá a sus homólogos indio y ruso, Narendra Modi y Vladimir Putin, junto con líderes de unos 20 países del sur global. Esta será la primera vez que Modi pisa suelo chino en siete años.
Moscú cree que reactivar el diálogo de alto nivel entre los tres miembros más grandes del grupo podría ayudar a calmar las tensiones de larga data, especialmente entre India y China, y presentar un contrapeso más cohesivo ante Occidente.
India y otros países estrechan lazos con China
Ante los aranceles, la India retomó los vuelos directos con China y relajó restricciones de visado, y ambos países mantuvieron conversaciones comerciales. Durante una visita a la India, la semana pasada, el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, dijo que Pekín acordó aumentar el suministro de tierras raras al país del sudeste asiático.
Sin embargo, hay razones para dudar que estos lazos mejoren significativamente, debido a las sospechas de la India sobre las ambiciones de China en Asia.
Shilan Shah, economista jefe adjunto de mercados emergentes de Capital Economics, con sede en Londres, citó las estrechas relaciones de China con Pakistán, principal rival de la India, y la construcción de una presa hidroeléctrica china en la meseta tibetana, lo cual ha generado inquietud en Nueva Delhi. Además, Shah escribió en una nota de investigación que “la afluencia de importaciones chinas baratas” está “socavando los esfuerzos de la India por fortalecer su industria nacional”.
La desconfianza de la India hacia China y sus antiguos vínculos con Washington podrían perjudicar las ambiciones de avanzar con el proyecto BRICS. La India todavía depende en gran medida del mercado y la tecnología de Estados Unidos, con exportaciones a ese país que totalizaron 77.500 millones de dólares (66.460 millones de euros) en 2024, frente a exportaciones mucho menores a Rusia y China.
Brasil y Sudáfrica reafirman su compromiso con los BRICS
Brasil también trató de dar nuevo impulso a sus relaciones con China, su mayor socio comercial, durante una llamada a principios de agosto entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. China representa el 26 % de las exportaciones de Brasil, el doble que Estados Unidos.
Entretanto, Sudáfrica se mantiene firme en sus compromisos con los BRICS, señalizando su intento de trazar su propio rumbo a pesar de las presiones de Trump. “El Gobierno sudafricano no está dispuesto a revertir ninguno de sus compromisos con los BRICS, especialmente en torno a la reforma de la gobernanza global, la tecnología, la agricultura, los intercambios académicos y el comercio bilateral”, dijo a DW Sanusha Naidu, investigadora asociada del Instituto para el Diálogo Global, con sede en Sudáfrica.
Ambiciones divergentes entre los países BRICS
Los BRICS se están fragmentando debido a intereses nacionales divergentes. Mucho del comercio entre estos países se basa en hidrocarburos y está sujeto a más barreras que entre los países del norte global, según el Boston Consulting Group (BCG). Este grupo de expertos asegura que hay signos de que, a futuro, los BRICS podrían encaminarse hacia un amplio tratado de libre comercio, un apoyo unánime para reformar la Organización Mundial del Comercio y más inversiones extranjeras entre los países BRICS.
Si bien es posible que estas ambiciones no se materialicen de inmediato, “podemos esperar un mayor apoyo político para nuevas iniciativas comerciales, campañas ‘Compre BRICS’ y proyectos como la bolsa de granos BRICS y la expansión de los mecanismos de liquidación en moneda local”, dijo Mihaela Papa, del Centro de Estudios Internacionales (CIS), a DW.
La propuesta, respaldada por Rusia, de una moneda única para los BRICS que compita con el dólar sigue en suspenso, lo que sugiere un futuro determinado menos por la competencia de sistemas financieros y más por un mosaico de redes superpuestas.
El exfuncionario comercial indio Ajay Srivastava prevé que el dólar se mantendrá dominante durante años, pero que los sistemas de liquidación paralelos en yuanes, rupias y rublos crecerán. Esto no destronará al dólar, declaró a DW, pero sí debilitará progresivamente su monopolio.