Una mañana que parecía tranquila terminó en tragedia en el barrio Llanos de Santa Lucía, en Paraíso de Cartago, cuando una madre y su hijo fueron brutalmente asesinados mientras regresaban a su hogar tras una breve salida para comprar pan.
Las víctimas, identificadas como una mujer de 35 años y su hijo de 18, ambos de apellidos Flores, fueron sorprendidas por varios atacantes que les dispararon en repetidas ocasiones. Según testigos del suceso, la madre intentó cubrir a su hijo de los impactos, pero ambos sucumbieron a las balas en el lugar del ataque.
Posible ajuste de cuentas
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó que el caso podría estar relacionado con un ajuste de cuentas, aunque la investigación aún se encuentra en una etapa inicial. Las autoridades trabajan en la recopilación de testimonios y evidencias que permitan esclarecer los motivos detrás del violento suceso y dar con los responsables.
Vecinos del lugar manifestaron su conmoción y consternación ante lo ocurrido, describiendo a las víctimas como personas tranquilas y trabajadoras. Sin embargo, el OIJ señaló que no descarta ninguna hipótesis hasta avanzar en las pesquisas.
Un llamado a la ciudadanía
La policía hace un llamado a cualquier persona que tenga información relevante sobre este hecho a que se acerque a colaborar. Todo dato que pueda aportar a la resolución del caso es crucial en estos momentos, según indicaron las autoridades.
La violencia sigue dejando una profunda herida en las comunidades, y este nuevo acto en Paraíso de Cartago resalta la urgente necesidad de acciones que frenen la escalada de inseguridad en el país.
Una ola de violencia sin tregua
Este ataque se suma a los crecientes actos violentos registrados en distintas zonas del país, que han generado preocupación entre la ciudadanía. Las cifras de homicidios y hechos delictivos continúan en aumento, dejando a muchas familias afectadas por el dolor y la incertidumbre.
Con este caso, Costa Rica enfrenta nuevamente la cruda realidad de la inseguridad, un tema que no solo afecta a las víctimas directas, sino también a las comunidades que se sienten cada vez más vulnerables.
