El presidente de Colombia, Gustavo Petro, delegó este lunes a cinco miembros de su Gobierno para que restablezcan contactos con el Clan del Golfo, el principal cartel del narcotráfico del país, con miras a acordar su desarme.
En una resolución compartida a medios, el mandatario autoriza a sus representantes para que constituyan un “espacio de conversación socio-jurídico” con miembros del Clan y así “verificar su voluntad de transitar al Estado de Derecho”.
Esa delegación oficial está liderada por Álvaro Jiménez Millán, un politólogo y analista del conflicto armado. “El coordinador designado está facultado para realizar todos los actos necesarios y tendientes a entablar conversaciones socio-jurídicas con la mencionada estructura armada organizada”, agrega el texto.
El Clan del Golfo, que desde hace años se autodenomina Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y recientemente adoptó el nombre de Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), no ha respondido públicamente a ese anuncio.
En marzo de 2023, Petro sepultó los acercamientos que tenía con algunos de sus miembros por supuestamente financiar a mineros ilegales que bloquearon vías y atentaron contra la fuerza pública y civiles en el norte del país. En ese momento, no se formalizó una mesa de negociaciones. Un año después el Clan del Golfo -que según cifras oficiales tiene unos 4.000 miembros- abrió la puerta a retomar los acercamientos.
El Clan insiste en ser tratado como una organización política dado su origen paramilitar y suele negarse a aceptar un sometimiento a la Justicia. En marzo de 2024, su abogado, Ricardo Giraldo, ratificó que sus clientes “no se van a someter”.
Esa posición es fuertemente criticada por la oposición y algunos expertos, que consideran que debe ser tratado como una agrupación criminal que sobrevive gracias al tráfico de cocaína y otros negocios ilegales.
Según cálculos oficiales, el Clan del Golfo exporta unas 700 toneladas de cocaína anuales. También, estaría vinculado con la minería ilegal y con el tráfico de personas migrantes en la frontera con Panamá por la selva del Darién, pese a que sus líderes lo niegan.
Su máximo jefe, Otoniel, fue capturado en octubre de 2021 y extraditado a Estados Unidos en mayo del año siguiente. Se presume que su reemplazo es alias Chiquito Malo que, de acuerdo con versiones de prensa, está interesado en negociar con Petro.