El expresidente panameño Ricardo Martinelli saldrá el lunes de la embajada de Nicaragua, donde se encuentra refugiado para evadir una condena de cárcel por lavado de dinero, y viajará a Managua pese a una orden de captura emitida en su contra por Interpol, informaron este domingo las autoridades.
La cancillería panameña afirmó, en un comunicado, que “ninguna alerta roja” emitida por Interpol (policía internacional) puede impedir el viaje” del expresidente a Nicaragua el lunes, antes de que expire a la medianoche el salvoconducto que le otorgó el gobierno de José Raúl Mulino, quien también publicó en X la nota oficial.
“Puede viajar perfectamente en condición de asilado, a pesar de la existencia de una alerta roja, ya que se dirige al país donde le ha sido concedido el asilo”, subrayó la cancillería, al señalar que con ello cumple las convenciones internacionales que protegen a los asilados.
Martinelli, un magnate de 73 años que gobernó Panamá de 2009 a 2014, se refugió en la embajada nicaragüense el 7 de febrero de 2024, poco antes de que un tribunal local emitiera una orden de captura para que cumpliera la condena de casi 11 años de cárcel.
El director de la Policía de Panamá, Jaime Fernández, explicó que el lunes temprano comenzará el operativo que dará seguridad a Martinelli desde la embajada, en el norte de la capital, hasta un aeropuerto, en hora no precisada.
Fernández había informado el domingo más temprano que recibió la alerta de Interpol el viernes, cuando el gobierno de Panamá concedió el salvoconducto, según dijo, por “razones humanitarias” para que Martinelli siga “en libertad” su defensa legal y atienda problemas de salud.
Martinelli, quien asegura ser un “perseguido político”, fue condenado en 2023 por blanqueo de capitales, un fallo que fue apelado en diversas instancias hasta que quedó en firme el 2 de febrero de 2024. Cinco días después entró en la embajada de Nicaragua.
El expresidente también figura como acusado en un juicio que se celebrará en noviembre por el escándalo de los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Nicaragua, bajo el gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, ha dado refugio en los últimos años a extranjeros con causas pendientes con la justicia, entre ellos los expresidentes salvadoreños Mauricio Funes -ya fallecido- y Salvador Sánchez Cerén, y al menos dos exministros hondureños, todos acusados de corrupción en sus países.