Imagen con fines ilustrativos. (CRH).
Más trabajadores dejaron este año sus empleos, tras ser expulsados del mercado laboral, fenómeno que explica la disminución en la tasa de desempleo.
Según el IV Informe de Proyecciones Macroeconómicas 2025 y Análisis del Mercado Laboral elaborado por el Centro Internacional de Política Económica (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), el desempleo se ha reducido en el país, pero persisten retos estructurales importantes.
El informe indica que, de acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para el trimestre de junio a agosto de 2024, la tasa de desempleo se ubicó en 6,7%. Este porcentaje representa una reducción de 1,09 puntos porcentuales (p.p.) en comparación con el trimestre móvil de mayo a julio y, a la vez, significa que la población ocupada se estima en 2,4 millones de personas.
Sin embargo, la tasa neta de participación laboral se situó en 57%, muy por debajo del 61% que corresponde al promedio del periodo 2013 a 2019.
“Al comparar el bienio 2023 y 2024 contra 2021 y 2022, la población desocupada disminuyó en un promedio anual de 153 mil personas. En detalle, la población desocupada pasó de 294 mil personas en 2022 a 181 mil en 2024, reflejando una tendencia de disminución constante. Sin embargo, la población ocupada incrementó de manera más moderada, con un promedio anual de aumento de 58 mil personas entre 2021 y 2024. Al mismo tiempo, la población fuera de la fuerza laboral mostró un crecimiento significativo, aumentando en 131 mil personas en promedio anual durante el mismo periodo”, detalla el estudio.
Educación, clave
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Según la investigación, la educación es un factor fundamental para explicar la caída en la tasa de participación laboral.
Entre mayor es el nivel educativo, menos es la tasa de desempleo y mayor es la tasa de participación laboral.
Por ejemplo, en la población con niveles de educación de secundaria incompleta la tasa de participación se ubica en 49,7% como promedio acumulado de 2024, mientras si posee un grado universitario la tasa de participación en el mercado laboral aumenta a 72,7%.
Esto deja en evidencia que los mayores retos en el mercado laboral están en la población con bajo nivel educativo.
“Desde el frente de la política pública esto implica que la inversión en educación focalizada hacia las demandas laborales es fundamental para la mejora del bienestar de los ciudadanos”, señala el informe.
De acuerdo con los investigadores, se ha experimentado una recuperación sostenida en el número de personas ocupadas, aunque la tasa neta de participación no ha retornado a los niveles observados antes de la pandemia.
“Esta situación sugiere que, aunque se han generado empleos, existe aún un segmento considerable de la población que no ha vuelto a incorporarse formalmente al mercado laboral”, reitera el estudio.
Tanto las personas calificadas como las no calificadas muestran una salida importante del mercado laboral. Esto sugiere que menos personas en ambos subgrupos buscan empleos.
Además, las personas ocupadas calificadas presentan una recuperación sostenida, tras la caída de 2020, y logran niveles superiores a los de 2019, mientras que las personas no calificadas muestran una recuperación más lenta y no alcanzan aún los niveles registrados antes de la pandemia.
Por actividad económica
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Si se analiza por actividad económica, los sectores que corresponden a comercio y reparación, hoteles y restaurantes, actividades profesionales y administrativas de apoyo y en enseñanza y salud son los que registraron un mayor crecimiento en la cantidad de personas ocupadas.
Pero lo contrario sucede en agricultura, ganadería y pesca y construcción que registran disminuciones variables.
“En algunos sectores hay un crecimiento importante, por ejemplo, el sector manufacturero, el sector comercio, y eso hace también que de alguna manera el desempleo se reduzca, pero también hay otros sectores, por ejemplo, el sector construcción y el sector agricultura, ganadería y pesca, en los cuales no hemos logrado tener las tasas de ocupación que teníamos antes de la pandemia. Hay elementos estructurales que están haciendo que la economía no logre capturar de manera importante el número de trabajadores, tanto ocupados calificados como no calificados”, explicó Marco Otoya, director general del Cinpe-UNA.
Si se estudia el crecimiento porcentual de personas ocupadas por rama de actividad económica, se observa, entonces, una heterogeneidad en la recuperación del empleo. Esto refleja las distintas capacidades y velocidades de adaptación de los sectores económicos a los cambios estructurales y a la nueva normalidad surgida tras la pandemia.
Las causas de la reducción de la participación laboral se dividen en motivos personales, cierre de actividades propias de trabajador independiente y razones puras de mercado laboral.
Entre 2010 y 2024, la principal razón de salida de la fuerza laboral está asociada con una desvinculación permanente de los trabajos y que las personas consultadas no vuelven a buscar un empleo. En ese periodo de análisis ese motivo representa en promedio el 60% y se explica, principalmente, por el fin de trabajo ocasional o estacional y la reestructuración o recorte de personal.
En segundo lugar, destacan las salidas por motivos personales, como es el caso de renuncia voluntaria, o por malas condiciones de trabajo, que presentan en promedio el 20%.
Independientemente del género, la principal razón de la salida de la fuerza laboral se explica por vulnerabilidades en la mano de obra producto de que son personas trabajadoras pocos calificadas y posiblemente con condiciones laborales adversas.
“Tenemos una proporción importante de la fuerza de trabajo, es decir, de la población que efectivamente podría estar laborando que ha mostrado que ya no está en búsqueda activa de empleo. Es decir, se cansaron de alguna manera de buscar empleo”, agregó Otoya.
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Alexánder Ramírez