Publicado: mayo 30, 2024
Nueva Erupción Volcánica en Islandia Desata Alarma y Desafíos
En el suroeste de Islandia, un volcán ha vuelto a entrar en erupción, lanzando lava a 50 metros de altura, marcando la quinta actividad volcánica desde diciembre. Esta reciente erupción se produce poco después de que una anterior de ocho semanas finalizara en la misma península de Reykjanes.
Las autoridades habían alertado sobre el riesgo de una nueva erupción en la zona, al sur de la capital Reikiavik, debido a la acumulación de magma bajo tierra, según estudios recientes. «Las fuentes de lava alcanzan los 50 metros de altura y la longitud de la fisura parece ser de unos 2.5 kilómetros y sigue creciendo», informó la Oficina Meteorológica de Islandia en un comunicado.
Esta espectacular exhibición de fuego natural subraya los desafíos que enfrenta la nación insular, con una población de casi 400 mil habitantes. Los científicos advierten que las erupciones en Reykjanes podrían repetirse durante décadas o incluso siglos, dada la reactivación de los sistemas geológicos de la región.
La erupción del miércoles es la octava desde 2021 en esta península, donde residen aproximadamente 30 mil personas. Tras 800 años de inactividad, los sistemas geológicos se han vuelto a activar, causando interrupciones significativas. La actividad volcánica ha afectado la calefacción urbana, cerrado carreteras cruciales y destruido varias casas en el pueblo pesquero de Grindavik. Desde la evacuación a finales de 2023, solo unos pocos residentes han regresado al área.
En respuesta a la erupción, la defensa civil de Islandia ha activado la alerta máxima. Las autoridades han ordenado nuevamente la evacuación de Grindavik. Además, el cercano balneario geotérmico Blue Lagoon, famoso por sus piscinas al aire libre, ha sido cerrado y sus huéspedes evacuados.
Para mitigar los daños, se han construido barreras artificiales con el objetivo de desviar la lava lejos de infraestructuras importantes como la central geotérmica de Svartsengi, el balneario de Blue Lagoon y el pueblo de Grindavik.
Esta serie de erupciones pone de relieve los riesgos y la constante vigilancia requerida para proteger a la población y las infraestructuras de Islandia, una tierra moldeada y desafiante por su actividad volcánica.
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Redacción