
Publicado: marzo 27, 2025
La historia de Maria Assunta y su legado inesperado
La relación entre los seres humanos y los animales suele estar marcada por el afecto y la lealtad. Sin embargo, pocas historias logran capturar la atención del mundo como la de Tommasino, un gato callejero que pasó de la miseria a la opulencia gracias a la decisión de su dueña, Maria Assunta, una millonaria italiana que, al fallecer a los 94 años, le dejó toda su fortuna.
De la calle a la riqueza: la transformación de Tommasino
Tommasino era un gato sin hogar, expuesto a las inclemencias del clima y la escasez de alimento, hasta que fue rescatado por Maria Assunta. Con el paso del tiempo, el felino se convirtió en su fiel compañero y, en un giro inesperado, terminó heredando una fortuna de 13.2 millones de dólares.
La millonaria, sin familiares vivos a quienes legar sus bienes, tomó la decisión en 2009, cuando tenía 92 años, de redactar un testamento que sorprendió incluso a sus propios abogados. Sus propiedades, cuentas bancarias y acciones pasarían a ser administradas exclusivamente para el bienestar del gato y el apoyo a otras organizaciones de rescate animal.
El dilema legal: un gato no puede heredar directamente
Aunque la voluntad de Maria Assunta era clara, la ley italiana impedía que un animal recibiera directamente una herencia. Por ello, fue necesario nombrar a un administrador que velara por los intereses de Tommasino y distribuyera los fondos conforme a las instrucciones establecidas en el testamento.
El rol recayó en Stefania, la enfermera que cuidó de Maria hasta sus últimos días. Ella sería la encargada de gestionar la fortuna, asegurando que el gato tuviera todas sus necesidades cubiertas y que el dinero restante fuera donado a organizaciones dedicadas al bienestar animal.
“La señora sufría de soledad y encontró en Tommasino un compañero inseparable. Lo cuidó como si fuera su propio hijo”, comentó Stefania tras la muerte de Assunta.
Reacciones y el destino de la herencia
El caso de Tommasino causó revuelo a nivel mundial, generando una avalancha de personas interesadas en adoptar al felino con la esperanza de administrar su fortuna. Sin embargo, los abogados de Maria Assunta fueron enfáticos en que ninguna solicitud sería aceptada, ya que el testamento establecía claramente que los fondos solo podían utilizarse para el bienestar del gato y el apoyo a otras causas animales.
“Hemos recibido cientos de correos de personas que querían adoptar a Tommasino, pero la voluntad de la señora era clara”, explicó el abogado Giacinto Canzona.
Por su parte, Stefania aseguró que nunca imaginó la magnitud de la fortuna de Maria Assunta y que su único interés era el bienestar del gato.
“Solo lo supe después. ¿Quién podía imaginar que era un gato de la aristocracia?”, bromeó en una entrevista.
Aunque muchos cuestionaron la decisión de la millonaria, su legado permitió que Tommasino viviera una vida cómoda y que múltiples organizaciones recibieran apoyo para continuar su labor de rescate y protección animal.