Publicado: enero 29, 2025
Un esfuerzo de conservación que da frutos
Los demonios de Tasmania, conocidos por ser los marsupiales carnívoros más grandes del mundo, han vuelto a habitar la Australia continental tras haber sido exterminados hace aproximadamente 3.000 años por los dingos, los perros salvajes autóctonos.
Gracias a un ambicioso programa de conservación, la reintroducción de esta especie ha empezado a dar resultados positivos. De acuerdo con los especialistas, los ejemplares liberados en 2020 han logrado reproducirse en libertad, marcando un hito en la restauración de la biodiversidad.
Primeras crías nacidas en libertad
Un artículo del diario El Mediterráneo detalla que en 2020 se liberaron 11 demonios de Tasmania en Australia continental como parte de una iniciativa liderada por Aussie Ark, Rewild, WildArk y el Australian Reptile Park.
Entre estos animales estaba Lisa Aventurera, que recientemente dio a luz a tres crías, una señal esperanzadora para la consolidación de la especie en su hábitat original.
Desde entonces, el proyecto ha liberado 21 adultos adicionales y ha registrado el nacimiento de 16 crías más, lo que refuerza la expectativa de que la población continúe en ascenso.
Tim Faulkner, director gerente de Aussie Ark, confirmó a la prensa que este es el primer parto confirmado de 2023 y una prueba de que el programa de reintroducción está funcionando. El equipo estima que este año podrían nacer hasta 45 nuevos cachorros en el santuario.
¿Por qué se extinguieron en Australia continental?
Aunque los demonios de Tasmania han logrado sobrevivir en la isla que les da su nombre, en Australia continental desaparecieron hace miles de años debido a la depredación de los dingos.
Actualmente, la población en Tasmania también enfrenta una grave amenaza: una enfermedad transmisible, conocida como cáncer facial contagioso, ha provocado una reducción del 90% en su número en las últimas décadas. Este es el único tipo de cáncer contagioso conocido en los mamíferos y representa un serio riesgo para la especie.
Un papel clave en la restauración del ecosistema
Más allá de su importancia biológica, los demonios de Tasmania pueden jugar un papel clave en el control de especies invasoras como los zorros y gatos salvajes, los cuales han diezmado la fauna autóctona de Australia.
Anice Chanson, miembro de Rewild, señala que la reintroducción de esta especie puede ser fundamental para restablecer el equilibrio ecológico.
“Este es un claro ejemplo de cómo devolver una especie a su entorno puede fortalecer un ecosistema entero, combatiendo el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, afirmó Chanson.
El siguiente paso del proyecto incluirá la reintroducción de otras especies clave, como los quolls orientales, wallabies de roca de cola de cepillo, bettongs rufos, potoroos de nariz larga y bandicoots marrones del sur.
Datos curiosos sobre el demonio de Tasmania
Una de las mordeduras más fuertes del reino animal
Cuando se sienten amenazados, los demonios de Tasmania no solo muestran sus afilados dientes, sino que los utilizan para atacar. Según Bush Heritage Australia, su mordida es una de las más poderosas entre los mamíferos, lo que les permite despedazar enormes cadáveres en minutos.
Un experto en sobrevivir a la escasez
Aunque su dieta principal está basada en mamíferos medianos y grandes, los demonios de Tasmania cuentan con una estrategia para resistir épocas de poca comida: almacenan grasa en la cola, lo que les permite sobrevivir cuando la oferta de alimento es escasa.
El origen de su nombre
El particular nombre de este marsupial proviene no solo de su mordida, sino también de los escalofriantes aullidos nocturnos que emiten. Cuando los primeros colonos europeos llegaron a Tasmania y escucharon estos sonidos, creyeron que provenían de criaturas demoníacas, por lo que los bautizaron como “demonios”.
Grandes viajeros nocturnos
Estos animales son nocturnos y pueden recorrer hasta 16 kilómetros en una sola noche en busca de alimento.