La Oficina del Consumidor Financiero (OCF) alertó a los consumidores sobre aquellas propuestas de inversión que prometen rendimientos exagerados.
Mencionó que mensajes tan emotivos como “las pensiones van a colapsar en 20 años”, “usted se puede retirar a los 35 años” o “alcanzar su independencia financiera”, podrían inducir al público inversionista a considerar posibilidades de inversión cuya naturaleza es muy riesgosa y poco transparente.
Recordó que en algunos casos se promueve la inversión en acciones individuales en mercados internacionales, para lo cual los asesores parecen contar con la fórmula mágica para identificar a las opciones ganadoras, estrategia válida pero sumamente especulativa.
Otro de los ejemplos que destacó la OCF es que se les insiste a los consumidores de los riesgos de invertir en entidades financieras reguladas locales, sin indicar los riesgos de sus propias propuestas. E incluso algunos mencionan los beneficios de invertir en préstamos hipotecarios, con retornos del 26% al 55% anual, bajo una denominación algo imprecisa como “inversiones pasivas”.
“Prácticamente, no se mencionan los riesgos de estas propuestas, pero aún más delicado es que no está claro, en las publicaciones, qué entidad supervisa o regula esas ofertas de inversión”, advirtió Danilo Montero, director general de la OCF.
Para la OCF, invertir en propuestas que prometen rendimientos exagerados expone a las personas a perder todo su dinero, ya que suelen ser esquemas con muy altos niveles de riesgo, que algunos inversionistas sofisticados pueden soportar, pero no el inversionista promedio.
Además, la falta de transparencia dificulta entender cómo se manejan los dineros, dejando a los inversionistas sin protección ni posibilidades de recuperar sus ahorros. Este tipo de decisiones no solo comprometen el patrimonio, sino que van a generar estrés y frustración cuando esos riesgos se materialicen, especialmente cuando los recursos estaban destinados a metas importantes.
La OCF recomendó una serie de preguntas que las personas deberían hacerle al asesor, antes de poner su patrimonio en algo que suena demasiado atractivo:
Si las tasas de interés de los bancos públicos o privados, cooperativas o mutuales andan por 5% o 6%, ¿cómo hacen para ofrecer retornos 4 o 5 veces mayores?
¿Cómo funcionan las garantías que dicen tener esas inversiones? Por ejemplo, si su inversión es de $5.000, ¿con cuántas personas más está compartiendo la garantía hipotecaria que le dan?
Si la garantía es compartida, ¿cómo se repartiría si el deudor no paga?
¿Cuánta comisión gana en cada negocio el asesor?
Si lo que promueven es la inversión a largo plazo para aprovechar el interés compuesto a lo largo del plazo, ¿cómo algunos de esos asesores ofrecen que la plata se puede retirar en cualquier momento?
¿Quién autoriza a esos asesores para brindar sus servicios? ¿Cuánto conocen del mercado accionario internacional ¿Quién supervisa su desempeño?
Si los asesores están vinculados a alguna entidad financiera costarricense, si son empleados y sujetos a reglamentos de trabajo, o solo son promotores de negocios.
Si la plata queda en un fondo, ¿mediante qué documento se identifica la participación que tiene el inversionista? Además, si participan de un único paquete de garantías hipotecarias o son préstamos a deudores individuales.
¿Cómo y quién selecciona a esos deudores de hipotecas?
Para la OCF, puede ser que los negocios propuestos sean legítimos, pero lo cierto es que el consumidor tiene el derecho constitucional de conocer todos los detalles de la oferta que le están haciendo.
Por último, si los inversionistas ofrecen una propuesta que resulta ser muy buena, la OCF hace una recomendación concreta: dudar en todo momento si lo ofrecido tiene sentido.
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Alexánder Ramírez