El canciller costarricense, Arnoldo André, participará en una reunión con el opositor venezolano Edmundo González, como parte de una gira con la que este último busca consolidar apoyos de cara a una potencial inauguración el próximo viernes.
Dicho encuentro tendrá lugar el miércoles en Panamá, informó este martes el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC).
A la cita acudirán otros cancilleres de la región, pero no se precisaron ni sus nombres ni países.
Tras recibir asilo político en España el 20 de diciembre anterior, González cumple una gira que lo llevó a Argentina, Uruguay y Estados Unidos. El recorrido continuará en Panamá y concluirá —según lo previsto— en República Dominicana.
El objetivo de esta estrategia es aumentar la presión internacional, en un intento de lograr una fractura del chavismo y así lograr un cambio en el poder, como explicó el especialista en geopolítica y diplomacia, Mariano de Alba, a la agencia AFP.
La Casa Amarilla ratificó en su nota de prensa el reconocimiento de la victoria electoral de González sobre el presidente Nicolás Maduro, quien se prepara para un tercer mandato consecutivo.
En esa línea, el Gobierno de la República señaló que espera que “las autoridades venezolanas recapaciten y permitan se respete la voluntad popular de los venezolanos, expresada en las urnas” el 28 de julio pasado.
Al igual que Costa Rica, la Unión Europea (UE), los Estados Unidos y varios países de América desconocen la reelección del mandatario socialista.
No obstante lo anterior, tanto De Alba como la profesora de relaciones internacionales de la Universidad Federal de São Paulo en Brasil, Carol Pedroso, creen que es poco probable un cambio de poder en Venezuela.
Para ambos, la Fuerza Armada juega un papel clave en ese escenario. Recientemente, el alto mando del Ejército ratificó en un comunicado su “lealtad, obediencia y subordinación” a Maduro.
Todo dependerá de si la oposición, liderada por González y María Corina Machado, se saca algún as de la manga.
Protestas que estallaron tras la proclamación de Maduro como presidente electo dejaron 28 muertos, casi 200 heridos y más de 2.400 detenidos, acusados de terrorismo. Tres de los arrestados fallecieron en la cárcel.