¿Cómo influirá Donald Trump en la OMC y el comercio global?

A Donald Trump, las instituciones multilaterales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), no le gustan mucho, porque según él, van en contra de los intereses estadounidenses.

Visión muy diferente del mundo

“Creo que aquí tenemos una filosofía totalmente diferente sobre cómo funciona la comunidad internacional. Europa es el mejor ejemplo de un grupo de Estados muy heterogéneos, que han estado involucrados en conflictos y guerras durante muchos siglos”, explica a DW Michael Schaefer, exembajador alemán en Pekín. La comunidad europea fue fundada para poner fin a este círculo vicioso de guerras y conflictos.

Con respecto a Estados Unidos, el exdiplomático cree que “su política de ‘Estados Unidos primero’ implica negociar acuerdos lo más directamente posible con socios comerciales, donde tiene ventaja gracias al poder de su país”.

Perspectivas sombrías para países más pequeños

¿Amenaza esto con poner fin al orden internacional tal como lo conocemos? Tendría consecuencias dramáticas, sobre todo para los países más pequeños del sur global, opina en entrevista con DW Heribert Dieter, experto en comercio de la Fundación Ciencia y Política (SWP).

“Después del colapso de la Unión Soviética, asumimos que era posible resolver problemas supranacionales. Pero eso ya no es posible en la era de la formación de bloques geopolíticos”, dice el economista, que actualmente trabaja en el Instituto Nacional de Estudios Avanzados de Bangalore, India.

“La OMC se encuentra en situaciones realmente difíciles, es una sombra de lo que era antes. Ya no existe ningún sistema de resolución de disputas que funcione. En este sentido, las perspectivas para el orden comercial multilateral son realmente turbias y sombrías”, resume el experto.

Escenario de terror: colapso de la OMC

Para los expertos en comercio, el desmantelamiento de la OMC también tendría consecuencias notables para sus actores principales, según un estudio conjunto del Instituto Kiel para la Economía Mundial (IwF) y el Instituto Austriaco de Investigaciones Económicas (WIFO).

“De esta manera, el PIB real de la UE caería aproximadamente un 0,5 por ciento. Alemania se vería más afectada y Estados Unidos un poco menos. Sin embargo, China tendría que hacer frente a las mayores pérdidas”, según el análisis publicado poco antes.

“Si el mundo se dividiera en bloques geopolíticos liderados por EE.UU. y China, las pérdidas serían significativamente mayores para la UE e incluso aún mayores para China. En un caso extremo, el PIB real de China podría caer alrededor de un 6 por ciento en el corto plazo, y en Alemania disminuiría un 3,2 por ciento, mientras que EE.UU. se vería menos afectado (-2,2 por ciento)”, según los investigadores Julian Hinz y Gabriel Felbermayr.

El comercio ha reducido la pobreza

La economista de la Universidad de Yale Penny Goldberg enfatizó el siguiente aspecto en un artículo de opinión en el medio alemán Tagesspiegel: “De hecho, investigaciones recientes muestran que la reducción de la pobreza en los últimos tres decenios se ha producido en los países en desarrollo que mejor han podido integrarse en el sistema de comercio internacional. En este sentido, el sistema de comercio multilateral ha aportado beneficios a los países en desarrollo”.

“Las grandes economías del sur global, por otro lado, confían cada vez más en su propia fortaleza y persiguen sus propios intereses cada vez con más confianza. Por lo tanto, no sorprende que la resistencia a los acuerdos comerciales provenga, tan a menudo, de países en desarrollo más grandes como, por ejemplo, India, Indonesia y Brasil”, según Goldberg.

Retraso en África y América Latina

Con menos de cinco acuerdos, muchos países africanos se encuentran en una pésima situación en cuanto a sus conexiones comerciales. En América Latina, países como Venezuela, Ecuador y Bolivia están mal conectados. En Asia, muchos países de Oriente Medio, partes de Asia Central y Afganistán están insuficientemente representados en los acuerdos comerciales.

El economista Heribert Dieter cree que la cooperación comercial internacional seguirá existiendo, pero en una escala mucho menor: “Pero esto no tiene por qué ser necesariamente negativo. En unidades más pequeñas, quizás se pueda lograr incluso más en política comercial que en la OMC, donde cada país miembro tiene derecho de veto”. “Esto no significa el fin de las relaciones económicas internacionales y, ciertamente, no significa el fin de la globalización”, zanja.

Sin embargo, para los países más pequeños del sur global, se acercan tiempos difíciles. Todos los socios comerciales de EE.UU. tendrán que abrigarse bien en el futuro”, afirma el exdiplomático Schaefer.

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