“¡Convencer para vencer!”, repite Oslainer Hernández, que tiene como tarea conseguir a diez votantes a favor de Nicolás Maduro en la presidencial del domingo en Venezuela. Monik Bule ofrece traslados gratuitos a quienes voten por el opositor Edmundo González Urrutia, en una dura lucha electoral.
Hernández, dirigente de base del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de 41 años, vive en Maracaibo, ciudad tradicionalmente opositora.
Debe cumplir con el tradicional 1×10 del PSUV (un militante del partido busca diez votantes). Pero en esta ocasión se llama 1x10x7, pues al anterior esquema agregó como ‘pescadores de votos’ también a los beneficiarios de siete planes sociales y pequeños partidos políticos que apoyan a Maduro.
El siete evoca además -con un guiño a la buena suerte- los 70 años que cumpliría el domingo el expresidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.
“Sí convencemos”, afirma Hernández, al explicar su estrategia: “Humildad sobre todo, mucha humildad, y ponerse en los zapatos del que tratamos de convencer”.
“Es también tratar de solucionarle (sus problemas) con las herramientas que tenemos, porque al pueblo le gusta que lo atiendan”, continúa esta mujer.
– “Ambicioso” –
Hernández guarda con celo la información de los votantes que ha captado. En su lista debe figurar al menos un nuevo votante joven y un antiguo opositor.
“La maquinaria 2024 es la más extendida, más organizada y más poderosa que jamás hayamos tenido en 30 elecciones de las cuales hemos ganado 28”, se felicitó Maduro en un acto de campaña la semana pasada, sin dar cifras. En estos comicios aspira a un tercer mandato consecutivo de seis años.
Los expertos, sin embargo, ponen en duda lo robusto de esa maquinaria. “No se tienen registros públicos sobre si lograron su Ejército electoral”, dice Oswaldo Ramírez, de ORC Consultores, a la AFP. “Es difícil llegar a algo tan ambicioso como 10 personas”, estima.
El sociólogo Héctor Briceño describe al PSUV como “un partido con mucho dinero, con muchos recursos, pero que enfrenta grandes retos de insatisfacción interna”.
“El electorado del chavismo está molesto y decepcionado y el liderazgo medio también (…) Eso va a incidir en la propia movilización”, señala.
Líderes comunitarios chavistas han reconocido a la AFP que a veces les cuesta conseguir el voto porque no tienen suficientes recursos o beneficios que ofrecer a cambio.
Opositores además denuncian que el oficialismo busca manipular a los votantes con la entrega de bolsas de alimentos, equipos médicos o medicinas.
– “Yo te llevo” –
La oposición -que intenta poner fin a 25 años de gobiernos chavistas- apela a la movilización espontánea, convencida de que la insatisfacción jugará a su favor.
“Lo he visto: gente de partidos que eran progobierno sumándose porque sencillamente la realidad actual no cumple sus expectativas”, asegura Bule, quien votará a favor de González Urrutia, el representante en la boleta electoral de la líder María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación.
Arquitecta de profesión y sin militancia política, Bule, de 40 años, se ha dedicado desde 2015 a trasladar con su moto a votantes opositores en cada elección y celebra que en esta ocasión la oposición lo promueva con el lema “Yo te llevo el 28”.
“Es una campaña hermosísima porque demuestra (…) la conciencia que hay en los venezolanos de que esto es una causa común”, dijo Machado hace cinco días, al promover la iniciativa.
“Si tienes moto, carro, autobús o camión, puedes llevar a un vecino o conocido”, enfatizó la dirigente opositora.
Bule ya tiene un primer traslado: una joven de 19 años que votará por primera vez en un colegio lejano a su casa, pese a que seleccionó uno cercano. “Es una comunidad popular que ella me dice que no conoce”, explica.
La oposición también estructuró lo que denominó como “comanditos”, pequeños grupos que llevarán alimentos a los votantes en fila y serán testigos en los centros de votación.
Briceño apunta que no se debe subestimar la capacidad de los partidos opositores. “Saben hacer elecciones, saben competir con recursos escasos, saben organizarse para competir en los procesos electorales principalmente en las grandes ciudades”.
Bule se muestra esperanzada. “No tenemos nada que perder (…) hay una convicción de que si es masiva (la participación) lo vamos a lograr”, refiere.
Hernández, de su parte, se dice “tranquila”. “Estoy segura de que vamos ganar este 28 de julio, no tengo ninguna duda”, afirma.