Publicado: enero 27, 2025
La fábrica de ropa de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se transformó en una nueva planta de producción mucho más amplia, confortable y equipada completamente con tecnología de última generación.
Desde este lunes 27 de enero, las operarias de este centro de producción iniciaron a toda máquina su trabajo diario en un espacio que brinda mayor ergonomía y funcionalidad. Este proyecto requirió una inversión de 421 millones de colones, destinados a infraestructura, acondicionamiento y la adquisición de 65 nuevos equipos.
La producción de prendas en la CCSS comenzó en un taller de costura en el antiguo Policlínico del hospital Central (hoy hospital Rafael Ángel Calderón Guardia). En 1974, se reubicó en los altos del edificio de mantenimiento del hospital México, donde operó hasta la semana pasada, dando paso a la nueva planta.
Actualmente, la fábrica de ropa produce más de 147 mil prendas al mes y, anualmente, supera 1 600 000 prendas. Estas abastecen a los establecimientos de salud de la CCSS con ropa hospitalaria, incluyendo ropa de cirugía, ropa para pacientes, ropa de cama, ropa varia y producciones específicas según las necesidades institucionales.
Las nuevas instalaciones concretan una serie de etapas de mejora que generan un impacto significativo en las condiciones de operación, la ergonomía del trabajo, flujos eficientes, equipos de última tecnología y procesos optimizados. Además, incrementarán la producción, lo que permitirá atender mejor las necesidades institucionales.
La mejora en las instalaciones de la fábrica de ropa contempla tres etapas:
Primera etapa: apertura de la nueva planta de maquila, a partir del 27 de enero.
Segunda etapa: remodelación del taller de corte y equipamiento con una máquina completamente automatizada, cuya instalación se espera para abril de 2025.
Tercera etapa: mejoras en el área de control de calidad, diseño-patronaje y el espacio administrativo, estimadas para julio de este año.
Mónica Taylor Hernández, presidenta ejecutiva de la CCSS, resaltó: “La apertura de la nueva fábrica de ropa representa un impacto trascendental en la calidad de los servicios que brindamos. Además, al contar con mejores condiciones, podemos garantizar el abastecimiento continuo de las prendas que se elaboran para nuestros centros de salud”.
Por su parte, el doctor Esteban Vega de la O, gerente de Logística de la institución, señaló que “este tipo de inversiones impactan directamente en el abastecimiento de ropa hospitalaria, mejorando la eficiencia, productividad y calidad de este insumo esencial. Esto no solo repercute en la calidad de la atención médica para pacientes y prestadores de servicios, sino que también contribuye a garantizar condiciones necesarias para la salud ocupacional”.
Respecto a la producción de ropa hospitalaria, la CCSS mantiene un modelo mixto debido a su capacidad instalada. Así, el 60 % de la producción se realiza internamente, mientras que el restante se adquiere mediante contratos con una cooperativa y una empresa privada.
FUNCIONARIAS DE LA FÁBRICA DE ROPA EXPRESARON SU AGRADECIMIENTO POR CONTAR CON UN ESPACIO AMPLIO Y CONFORTABLE
Ana Catalina Villegas Fonseca, quien lleva 30 años trabajando en la fábrica y actualmente es supervisora, afirmó: “Es un privilegio y una alegría inmensa ver materializado este logro, que pertenece a todas las que laboramos aquí”.
Por su parte, Elizabeth Otárola, con 11 años de experiencia, comentó: “Siento alegría y orgullo de estar en un lugar tan amplio y hermoso. Hemos crecido en los últimos años, aprendido a hacer nuevos productos, y ahora estaremos juntos como un gran equipo, trabajando para nuestros asegurados”.
La CCSS cuenta con un presupuesto de ¢4 900 millones para la operación de la fábrica de ropa, en la que laboran 116 personas en procesos como bodega de telas y productos terminados, diseño y patronaje, corte, maquila, control de calidad, mantenimiento y servicios administrativos.
La ropa de cirugía es la de mayor demanda, con un grupo compuesto por 70 códigos. También destacan las líneas de sábanas, que tienen alta rotación.
La vida útil de las prendas es de aproximadamente dos a tres años, ya que pasan por procesos de lavado industrial con insumos químicos y altas temperaturas.