El legendario grupo sueco de música pop Abba se quejó después de que algunos de sus éxitos fueron usados en uno de los eventos de la campaña presidencial de Donald Trump.
Las canciones y videos del conjunto -incluyendo Money, Money, Money, The Winner Takes it All y Dancing Queen- fueron reproducidos en un evento en Minnesota en julio, según el diario sueco Svenska Dagbladet.
En un comunicado enviado a la agencia noticiosa Reuters, el sello discográfico de la banda Universal Music dijo: “Junto con los miembros de Abba, hemos descubierto videos que han sido lanzados donde la música de Abba se ha usado en eventos de Trump, de manera que hemos solicitado que sean retirados inmediatamente”.
El sello afirmó que no se le había otorgado permiso ni licencia a la campaña de Trump.
Abba es el más reciente grupo en una lista de artistas o sus de sus representantes que han objetado por el uso de su música por Trump para promocionar su campaña presidencial.
Esta semana, los roqueros de Foo Fighters expresaron en las redes sociales que no habían dado permiso que su tema My Hero se usara en un rally de Trump. La campaña del candidato republicano dijo que habían obtenido permiso para usar la canción, según el diario británico The Independent.
Un portavoz de la banda le comunicó al diario que cualquier regalía que recibieran por el uso de la canción en la campaña de Trump sería donada a la campaña de Kamala Harris.
Quejas anteriores
El mes pasado, los representantes de Celine Dion condenaron el uso “desautorizado” de un corte de My Heart Will Go On, y la familia del desaparecido cantante de soul Isaac Hayes ordenó a Trump a dejar de tocar Hold On, I’m Coming y exigió US$3 millones de pago por la licencia.
En marzo, los encargados del patrimonio artístico de Sinéad O’Connor exigieron que se dejara de tocar Nothing Compares 2 U, señalando que la desaparecida cantante irlandesa se hubiera sentido “indignada, herida e insultada”.
Con anterioridad, Adele, REM y los Rolling Stones fueron algunos de los grandes nombres que se opusieron al uso de sus canciones por Trump.
No obstante, los intentos de los músicos para que los políticos no usen sus canciones han sido limitados.
En Estados Unidos, se requiere que las campañas obtengan una Licencia para Entidades Políticas de BMI, la institución que gobierna los derechos de autor musicales, lo que les permite acceso a más de 20 millones de pistas musicales para usar en sus eventos.
Los artistas y las discográficas pueden pedir que su música sea retirada de esa lista, pero parece ser que los organizadores de los eventos políticos pocas veces consultan la base de datos para cerciorarse de que tienen permiso para su uso.
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