La reunión entre los líderes demócratas del Congreso y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalizó el lunes (29.09.2025) sin que se alcanzara un entendimiento para tratar de evitar el cierre del Gobierno federal, que se activaría a partir del próximo miércoles.
“Tenemos grandes diferencias en materia de salud y en su capacidad para revertir cualquier presupuesto que acordemos mediante rescisiones y embargos”, declaró a la prensa el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, al salir de la Casa Blanca tras su reunión con el mandatario.
De acuerdo con los demócratas que asistieron a la reunión, se hizo ver a Trump “las consecuencias de lo que sucede en la atención médica al buscar recortes de seguros de salud”.
Vance: “nos encaminamos hacia un cierre”
“Por su rostro, parecía que era la primera vez que escuchaba sobre este problema”, dijo Schumer a la prensa sobre la reacción del presidente durante el encuentro, en el que también estuvo el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, así como los líderes republicanos en la Cámara Alta y Baja, John Thune y Mike Johnson.
Por su parte, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, dijo a medios al salir de la reunión: “creo que nos encaminamos hacia un cierre porque los demócratas no harán lo correcto”.
En menos de dos días expira el plazo para lograr un acuerdo de financiamiento para el Gobierno, y ambas partes insisten en señalar al opositor como responsable por no ceder.
No ceden posiciones
Los demócratas exigen que se prorroguen los subsidios de la ley para el cuidado asequible de la salud (Obamacare) que expiran a final de año, así como la reversión de los recortes al programa Medicaid que resultaron de la gran ley de recortes presupuestarios y fiscales aprobada en julio pasado.
Sin embargo, los republicanos en el Congreso han dicho que aceptarán negociar ambos apartados solo si los demócratas dan su apoyo a un presupuesto provisional en una votación que tendría lugar mañana en el Senado y que mantendría el Gobierno operativo hasta noviembre.
Al riesgo de una paralización del Gobierno federal se añade la posibilidad de despidos masivos de funcionarios públicos, según un memorando de la Oficina de Gestión y Presupuesto, que ha ordenado a las agencias que identifiquen programas clasificados como no esenciales para continuar su misión y reducir el personal federal.