De una ducha común a una visita de urgencia
Lo que parecía ser una rutina habitual terminó en una inesperada emergencia médica para Larissa de Jesus dos Santos, una joven enfermera e influenciadora digital brasileña de 27 años. Mientras se alistaba para ducharse en su hogar en Serra, una pequeña mosca de baño entró en su ojo derecho, provocando una reacción casi inmediata: hinchazón, ardor y una fuerte molestia ocular.
En cuestión de segundos, su ojo comenzó a inflamarse de forma preocupante. Ante la alarmante situación, Larissa llamó a su prometido y juntos buscaron atención especializada en un hospital oftalmológico en Vitória. Su testimonio, documentado en redes sociales, superó los 16 millones de visualizaciones, volviéndose viral por la rareza del caso.
Qué es la quemosis ocular y cómo se manifiesta
Diagnóstico rápido y tratamiento oportuno
En el centro médico, los especialistas diagnosticaron a Larissa con quemosis ocular, una inflamación de la conjuntiva —la membrana que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados—. El ojo presentaba un aspecto amarillento, una secreción gelatinosa y molestias como dolor de cabeza y sensación de «arena» persistente.
El oftalmólogo Raphael Moraes, consultado sobre el caso, explicó que la quemosis no es una enfermedad como tal, sino un síntoma clínico que suele aparecer por acumulación de líquido entre la esclerótica y la conjuntiva. En este caso particular, se trató de una reacción alérgica al contacto con el insecto.
¿Puede una quemosis ocular poner en riesgo la visión?
Lo alarmante puede no ser grave, pero requiere atención
Aunque Larissa confesó haber temido por su vista, Moraes aseguró que este tipo de afección no implica un riesgo real de ceguera si se atiende a tiempo. La principal complicación suele ser el susto y la incomodidad. El tratamiento incluyó gotas oftálmicas con efecto antialérgico y medicación oral según la evolución del cuadro.
“El ojo parece sobresalir, lo que genera miedo, pero la quemosis alérgica no compromete la visión”, aclaró el médico, tranquilizando a quienes puedan enfrentar un episodio similar.
Un segundo incidente encendió las alarmas
Precaución frente a los pequeños invasores
El susto con la mosca no fue un hecho aislado. Dos semanas antes, Larissa ya había tenido un encuentro similar con un mosquito que se introdujo en su ojo izquierdo. Afortunadamente, aquella vez la inflamación fue leve y desapareció al día siguiente.
Desde entonces, la joven tomó medidas más estrictas, como el uso de insecticidas en el baño, para evitar nuevos encuentros con estos insectos aparentemente inofensivos, pero potencialmente peligrosos para la salud ocular.
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