Aunque muchos la confunden con una profesora al verla caminar por los pasillos de la Universidad Nacional, Laura Herrera, a sus 47 años, acaba de cumplir un sueño que parecía inalcanzable: graduarse con honores en la Licenciatura en Administración con énfasis en Recursos Humanos.
Inició en 1996, se graduó en 2024
La historia de Laura comenzó hace casi tres décadas, cuando inició sus estudios universitarios en 1996. La vida, sin embargo, tenía otros planes. Una mezcla de responsabilidades familiares, trabajo y desafíos académicos —principalmente con las matemáticas— la obligaron a detenerse, reiniciar y volver a intentar.
No una, ni dos… sino 13 veces repitió la misma materia, sin rendirse. Una cifra que podría haber desmoralizado a cualquiera, pero no a Laura.
Entre la frustración y la esperanza: el camino no fue fácil
Ser madre de dos hijas, estudiar junto a compañeros mucho menores y mantener un trabajo, supuso un reto constante que no solo requería disciplina, sino una convicción profunda de que su sueño valía la pena.
“Hubo momentos donde me sentí fuera de lugar, como si ya no tuviera edad para seguir. Pero luego miraba a mis hijas, y recordaba por qué había comenzado”, compartió Laura emocionada durante su graduación.
Graduarse con honores: un triunfo que trasciende el aula
No solo logró obtener el título que tanto anhelaba, sino que lo hizo con honores, demostrando que el esfuerzo a largo plazo sí rinde frutos. Para Laura, su graduación no es solo una celebración académica, sino una lección de vida: que no importa cuántas veces uno caiga, sino cuántas veces esté dispuesto a levantarse.
Su historia ya inspira a muchos, y ella espera que también motive a quienes sienten que su tiempo ha pasado:
“Nunca es tarde. Si yo pude, cualquiera puede. Solo hay que creerlo y trabajar por ello”.
Espacios de inspiración
Casos como el de Laura muestran que las universidades pueden ser también espacios de reinvención y no solo de juventud. Cada vez más centros educativos abren sus puertas y adaptan sus programas para estudiantes adultos, demostrando que el aprendizaje es un viaje sin fecha de caducidad.
FUENTE TELENOTICIAS
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