
Publicado: marzo 11, 2025
La búsqueda de Valeria Chavarría, la joven de 16 años que fue arrastrada por el mar en Playa Dominical, Osa, estuvo llena de incertidumbre, dolor y esperanza. Su familia no dejó de luchar por encontrarla, y en medio de la angustia, su madre, Karina Blanco, recurrió a una creencia que, según muchos, ha ayudado a recuperar los cuerpos de quienes desaparecen en el océano.
¿Por qué lanzar una almohada al mar?
En algunos países y comunidades costeras, se ha transmitido la creencia de que lanzar una almohada al mar ayuda a que el cuerpo de una persona desaparecida sea devuelto por las aguas. Esta tradición, basada en la idea de que el espíritu de la persona necesita un lugar donde descansar, ha sido mencionada en distintos casos de ahogamiento.
Según testimonios de personas que han vivido experiencias similares, la almohada representa un símbolo de descanso y protección, y se cree que, al ser arrojada al mar con la intención de ayudar al ser querido, las corrientes pueden favorecer la pronta recuperación del cuerpo.


El último gesto de amor de una madre
Durante la desesperada búsqueda de Valeria, su madre y su familia escucharon sobre esta práctica y decidieron intentarlo. Karina Blanco, conmovida por la posibilidad de encontrar a su hija, lanzó una almohada a las aguas, con la esperanza de que el mar le devolviera el cuerpo de su niña.
“Nos dijeron que lo hiciéramos, que el mar a veces devuelve a los que se lleva si les damos un lugar donde descansar”, compartió la madre en medio de su dolor.
Horas después de realizar este acto, el cuerpo de Valeria fue localizado flotando en un sector cercano a La Cuna del Ángel, poniendo fin a días de angustia para sus seres queridos.
Más que una creencia, un consuelo para quienes buscan respuestas
Independientemente de la veracidad científica detrás de esta práctica, lo cierto es que para muchas familias en duelo, este gesto se convierte en una manera de mantener la esperanza y encontrar algo de paz en medio del sufrimiento.
El hallazgo de Valeria permitió a su familia despedirse de ella y darle el adiós que merecía. A pesar del dolor, su madre ahora tiene la certeza de que su hija descansa en paz, y que su amor por ella fue más fuerte que cualquier corriente del océano.