Un nuevo proyecto de ley en Costa Rica avanza en su última fase en el Congreso, con el objetivo de eliminar la discriminación que enfrentan las personas con tatuajes o perforaciones en el ámbito laboral. De ser aprobado en el Plenario Legislativo, se convertiría en una ley que protegería a quienes han sido afectados por prejuicios en los procesos de contratación o en sus lugares de trabajo.
La propuesta, impulsada por el diputado Antonio Ortega del Frente Amplio, pretende garantizar la igualdad de oportunidades para todos los trabajadores, sin importar su apariencia. Según Ortega, muchas personas—especialmente mujeres—han visto limitada su posibilidad de conseguir empleo o han sido despedidas simplemente por tener tatuajes o perforaciones visibles.
¿Qué plantea la iniciativa?
El proyecto establece que ninguna persona puede ser rechazada, despedida o marginada de su entorno laboral por portar tatuajes o perforaciones corporales. No obstante, se contemplan excepciones en casos donde estos elementos puedan afectar la salud ocupacional, la higiene o generar problemas de carácter psicosocial en el entorno de trabajo.
El legislador explicó que, en muchos sectores, los tatuajes siguen siendo un factor de exclusión, a pesar de que no afectan el desempeño profesional de una persona.
”La falta de regulación ha permitido que muchas empresas mantengan normas de contratación basadas en estereotipos y prejuicios, lo que limita el acceso a oportunidades laborales”, comentó Ortega.
Última etapa antes de convertirse en ley
Luego de pasar por las distintas comisiones legislativas, la propuesta se encuentra en su fase final dentro del Congreso y deberá ser votada en el Plenario Legislativo. De recibir la aprobación definitiva, la ley entraría en vigor y se convertiría en un paso importante para la protección de los derechos laborales en el país.
El debate sobre la discriminación por la apariencia física en el ámbito profesional no es nuevo, pero en los últimos años ha tomado más relevancia a nivel mundial. En diversos países, las legislaciones han ido adaptándose a las nuevas tendencias culturales y sociales, reconociendo que la imagen personal no define la capacidad ni la ética de un trabajador.
Este proyecto representa un avance en la lucha por una sociedad más equitativa, donde las oportunidades laborales sean determinadas por la capacidad y el desempeño, y no por la apariencia externa.
