Canciller en gira por Europa: “Nunca se sabe dónde se cierran o abren mercados”

Costa Rica y Luxemburgo, dos países pequeños con altos índices de prosperidad, celebran esta semana la aprobación legislativa para establecer en el país centroamericano la Agencia de Cooperación luxemburguesa.

“Vamos a incrementar el intercambio en proyectos académicos, de investigación y tecnología”, explicó a DW el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Arnoldo André, durante una visita a Bruselas, Bélgica.

En días en que desde Estados Unidos se amenaza con acabar con la Ley Chips —que favorecía la producción de semiconductores, también en terceros países—, Costa Rica busca afianzar sus relaciones tanto con el bloque europeo como con cada uno de sus Estados miembros. En este caso, el convenio de cooperación bilateral técnica firmado con Luxemburgo en 2023, en el marco de la Cumbre UE-CELAC, comienza a marchar en temas como tecnología aeroespacial, e inteligencia artificial.

¿Es esta una respuesta a la amenaza de Washington de acabar con la Ley Chips? La respuesta es pragmática.

“Desde el 20 de enero que asumió la Casa Blanca el señor Donald Trump, varias veces al día es tema de conversación. Se está desvinculando de iniciativas acordadas bajo la administración Biden y lanzando nuevas. Esto exige un reajuste y recalibración de las relaciones bilaterales. Y también de los mecanismos multilaterales”, responde el canciller.

El momento político es clave; el país centroamericano ostenta la presidencia del Sistema Interamericano de Integración Económica (SICA). Este tiene que encargarse de comenzar a implementar, ahora sí, el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

Aunque su parte comercial entró en vigor hace más de una década, el diálogo político y la cooperación se han hecho esperar. Pero es precisamente en el diálogo político, al interior del mismo SICA, donde radica el desafío.

“A veces siento que tengo más en común con Bélgica, Holanda, España, Alemania o Francia que con Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ahí vienen desafíos ideológicos; si nos centramos en una relación entre gobiernos, vamos a tener problemas de comunicación”, advierte el canciller André, enfocando divergencias en cuanto al respeto a los derechos humanos y al derecho internacional.

¿Está, entonces, destinada a fracasar la implementación completa del ADA? ¿Y la cumbre entre la UE y la CELAC? Reconociendo la importancia de esas cumbres, el canciller costarricense, otra vez, apunta a una visión pragmática. “Debemos encontrar puntos de encuentro más técnicos, enmarcados en una relación entre Estados”, afirma André.

Nicaragua: ¿la piedra en el zapato?

De fondo hay que entre los ocho socios del SICA no existe consenso para aceptar las nominaciones de Nicaragua a la presidencia rotativa del organismo. Y a pesar de que sería el turno de Managua, sus contrapartes centroamericanas no la aceptan. Por eso, Costa Rica sigue en la presidencia.

No obstante, “estamos estudiando la forma de seguir operando, tanto como presidencia pro tempore del SICA como para la cumbre UE-CELAC. Hay que poner en la agenda temas como interconectividad eléctrica, transporte, manejo de aduanas, catástrofes naturales. En eso sí podemos avanzar”, apunta.

Migración de norte a sur y de sur a norte

También en cuanto a migración, San José defiende un enfoque práctico. A las olas de migrantes sur-norte que atravesaron Costa Rica rumbo Estados Unidos, con su punto culminante en 2023 con hasta cuatro mil personas cruzando a diario el país, siguen ahora olas norte-sur de los rechazados en la frontera norte de México. Pero también se suman las deportaciones estadounidenses.

“La solicitud de Estados Unidos, primero, a Panamá y a Costa Rica de recibir migrantes deportados por vía aérea es un desafío. Lo hemos aceptado como un gesto humanitario a los migrantes y como uno de amistad hacia un país aliado como lo es Estados Unidos”, afirma Arnoldo André.

De los 200 migrantes de origen asiático que acogió Costa Rica, esta semana la primera familia de Armenia ha podido volver a su país de origen.

La situación cae en terreno abonado, pues Costa Rica tiene un largo historial en acogida de migrantes.

“Costa Rica tiene dos Nicaraguas. Una interna, con un 20% de población nicaragüense. Otra, vecina. Con ésta nos interesa una buena relación fronteriza, con controles fitosanitarios que funcionen, con aduanas operativas, con operaciones marítimas de seguridad conjuntas”, afirma el canciller André, subrayando que, a pesar de ello, su país no ha cesado de señalar las falencias de Nicaragua en foros multilaterales.

Una puerta se cierra, otra se abre

Así las cosas, cuando los portazos de Washington hieren profundamente al multilateralismo, Costa Rica trae a Europa su promesa de que sigue apostando por ello. Pacta sunt servanda, los pactos obligan, recuerda el canciller.

En esa medida, “Costa Rica busca la diversificación tanto de relaciones como de mercados: no solo intensificar y ampliar nuestra relación con Europa, que es nuestro segundo socio comercial. También en el Acuerdo Transpacífico, en la Alianza de Pacífico, en la organización de comercio electrónico con Nueva Zelanda, Singapur y Chile. Se trata de diversificar y de mitigar riesgos. Nunca se sabe dónde se abren o cierran mercados”, dijo a DW el canciller costarricense en la semana en que se inaugura la cooperación tecnológica con Luxemburgo.

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