Imagen con fines ilustrativos. (CRH).
La baja inflación que experimentó Costa Rica a lo largo del año pasado, pero que comenzó a revertirse desde diciembre anterior, no beneficia a los hogares de menores ingresos.
Por el contrario, los alimentos y bebidas no alcohólicas, que se incluyen en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), se han encarecido, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La CBA incluye un conjunto de alimentos y bebidas no alcohólicas seleccionados de acuerdo con su aporte calórico y su frecuencia de consumo en cantidades que permiten satisfacer las necesidades básicas de una persona promedio. Contiene alimentos como lácteos, carnes, vegetales, hortalizas, frutas, pan, galletas, cereales, huevos, grasas, azúcar, granos y bebidas no alcohólicas.
Es un indicador cuyo objetivo inicial es determinar las líneas de pobreza en el país.
Mientras, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), cuya variación se utiliza para medir la inflación general, incluye 289 bienes y servicios, muchos de ellos solo pueden ser adquiridos por estratos de mayores ingresos.
En enero de este año, el IPC mostró un incremento mensual de 0,36%. Acumuló tres meses consecutivos de registrar aumentos y su variación interanual se ubicó en 1,15%, después de estar en valores negativos a lo largo de 2024.
De acuerdo con las mismas estadísticas económicas del INEC, el costo per cápita de la CBA total se ubicó en ¢61.988 en enero. En zona urbana fue de ¢66.112 y en zona rural de ¢55.343.
Se encareció más en comparación con el mes anterior (diciembre) cuando el costo per cápita de la CBA total se situó en ¢59.282. En zona urbana en ¢63.176 y en zona rural en ¢52.983.
Si se comparan los datos de enero de 2025 con los de octubre del año pasado, la CBA total tuvo un incremento de casi ¢6.000. En zona urbana subió ¢66.090 y en zona rural de ¢4.982.
¿A quiénes golpea?
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El crecimiento que mostró la inflación general en enero anterior se debió, principalmente, a un incremento de 3,71% de los precios de los alimentos y de bebidas no alcohólicas, motivado por el fuerte alza que experimentaron los precios del tomate, la cebolla, la papa y otros vegetales.
El encarecimiento de la Canasta Básica Alimentaria, por su parte, golpea más a los hogares de menores ingresos.
Mientras, la baja inflación medida con el IPC beneficia a los grupos con mayor poder adquisitivo porque incluye bienes que no son consumidos por todos los hogares, como boletos aéreos, paquetes turísticos al extranjero o vehículos nuevos importados.
Un ejemplo que puede ilustrar esto es el siguiente:
En el mismo mes de enero los precios del tomate, la papa y la cebolla crecieron 47,78%, 43,18% y 41,83%, respectivamente. Pero los precios de los paquetes turísticos al extranjero y de los boletos aéreos disminuyeron 27,09% y 27,75%, respectivamente. Los primeros bienes son de alto consumo en los hogares de menores ingresos.
¿A qué se debe?
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Los economistas Luis Vargas, del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), y Daniel Ortiz, de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), reconocen que la baja inflación que se ha mantenido en el país no beneficia a los hogares de menores ingresos.
Ortiz explicó que el aumento en la Canasta Básica Alimentaria está muy relacionado con el crecimiento de los precios en la división de alimentos y bebidas no alcohólicas del IPC, que ha registrado alzas en los últimos doce meses, como, por ejemplo, en el caso de las verduras, las frutas y el café.
Esto también se explica por factores estacionales que afectaron las cosechas, como las lluvias registradas a fin y principio de año.
“Muchos bienes esenciales están aumentando los precios y donde han bajado los precios prácticamente han sido en bienes que tienen su precio expresado en dólares como, por ejemplo, motocicletas, bienes duraderos como vehículos, boletos aéreos, seguros. Esta inflación baja realmente a los que más ha beneficiado es a los grupos de mayores ingresos y es porque los productos que se abarataron han sido los productos de consumo en los quintiles de mayor ingreso”, amplió Ortiz.
Vargas, por su parte, sostuvo que una inflación negativa o baja, pero no concentrada en alimentos, no se siente en el bolsillo, principalmente en el de los hogares de menores ingresos.
“El incremento en el IPC se explica casi en su totalidad por el aumento en el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Poniéndolo en perspectiva, el incremento en enero de 2025 en esta división fue más de 10 veces superior al del IPC general. El efecto causado por vegetales como el tomate, con un aumento en el precio de casi el 50% en sólo un mes, en gran medida se explica por la reducción en la oferta por las secuelas de las fuertes lluvias de los meses previos”, mencionó.
¿Qué se espera?
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Ambos economistas vislumbran que los precios, principalmente de los alimentos, seguirán subiendo en los próximos meses.
“Es posible que para los meses venideros los alimentos, particularmente los vegetales, presenten incrementos en precios aún como resultado de las fuertes lluvias de finales del 2024 e incluso inicios del 2025”, manifestó Vargas.
Ortiz dijo que este año se espera un aumento en el nivel general de precios, como el mismo Banco Central de Costa Rica (BCCR) lo ha proyectado.
“De hecho tienen que preparar el bolsillo. Ya uno ha observado que se han dado aumentos, por ejemplo, en lo que es el precio de la electricidad, en el precio del gas. Ya lo estamos viendo en el precio de los alimentos, en los precios de los alquileres”, agregó.
En su Informe de Política Monetaria (IPM) para enero de este año, el BCCR estima que la inflación continuará aumentando en los próximos meses y que se ubicará en la meta de la entidad monetaria (entre 2% y 4%) hacia el tercer trimestre de 2025.
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Alexánder Ramírez