El Gobierno, encabezado por la figura personalista de Rodrigo Chaves Robles, inicia este año con índices de popularidad inéditos. La labor del presidente es bien vista por el 63% de los ciudadanos, mientras que su gabinete cuenta con un 57% de opiniones positivas, de acuerdo con la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.
Este panorama representa un reto mayúsculo para los partidos de oposición y sus candidatos que a partir de este año comienzan a perfilar sus figuras de cara a las elecciones presidenciales del 1º de febrero de 2026, y que buscarán distanciarse de las posiciones del Poder Ejecutivo.
Bajo este escenario, ¿qué debe hacer la oposición para ser una fuerza que logre competir contra quien, finalmente, pueda ser ungido por el presidente Chaves? La lista de tarea es amplia y de compleja resolución.
Para José Andrés Díaz, coordinador del programa Umbral Político del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional (UNA), una adecuada estrategia de comunicación será clave para las personas candidatas, de manera que tengan la capacidad de conectar con la audiencia.
Sin embargo, considera que dicha estrategia no debe partir desde la correlación entre un candidato y una marca. “Es ahí donde los partidos comienzan a fallar porque estamos hablando de personas. Tiene que existir una sustancia, una propuesta, que es el ideario político que se quiere dar a conocer, más allá de una actitud o una frase”, manifestó.
Dentro de esa propuesta, las y los candidatos que propongan sus nombres al electorado deben tener claridad sobre el programa político, sus mensajes claves, y sobre todo, expresar con claridad a la opinión pública cómo van a resolver los principales problemas que aquejan a los costarricenses.
“No se trata de decir que yo quiero generar 150 mil empleos o reducir la pobreza a tal punto, sino cómo lo van a hacer o resolver. No se trata de esperar a que llegue al Gobierno para ver qué política pública o qué reformas son necesarias”, amplió Díaz.
Para el politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR) José Daniel Rodríguez, debe existir primero una autocrítica a lo interno de los partidos políticos para identificar qué han dejado de hacer en las últimas décadas y que los ha desplazado de la oportunidad de comandar el Poder Ejecutivo. En el caso del Partido Liberación, por ejemplo, esta agrupación acumula tres derrotas electorales consecutivas, mientras que el Partido Unidad Social Cristiana, se acerca ya a las dos décadas de estar fuera de Zapote.
El experto considera que estos vacíos fueron aprovechados por partidos emergentes y por outsiders políticos, como es el caso del actual presidente Rodrigo Chaves, quien asumió el poder sin una plataforma política establecida y de la cual, incluso, ya rompió todo vínculo.
“Ese descontento de la gente hacia la política tradicional hace que las personas brinquen hacia otras opciones más simples y que suenen diferentes. Entonces se posicionan mensajes que son atrayentes, de que yo vengo de otro lado, que no robo, que no soy igual”, ejemplificó Rodríguez.
Como la fórmula del Presidente se ha basado en su personalismo, ambos politólogos no descartan que algunos candidatos de oposición busquen aplicar esta receta, pensando que pueda garantizar su éxito electoral. Sin embargo, hacen un llamado a la cautela.
“Podemos decir que existe una hipótesis de que el costarricense busca una figura y un discurso que sean confrontativos y es posible que veamos uno o varios candidatos que quieran emularlos. Pero yo tendría cuidado con eso. Recordemos que otras personas que aspiraron al poder en anteriores ocasiones y que utilizaban un verbo duro no les alcanzó para llegar a la Presidencia”, manifestó José Andrés Díaz del Idespo-UNA.
Con él coincidió Rodríguez, para quien es poco conveniente cruzar la línea del irrespeto para confrontar o atacar a un adversario. En su lugar, considera que los candidatos de oposición deben realizar un análisis profundo de las promesas incumplidas del Gobierno o de aquellos sectores de la sociedad que están en declive, evidenciarlo y proponer cómo se puede resolver.
Dentro de esa línea, la persona candidata debe depurar sus habilidades para conectar con las personas. “Se trata de tener una comunicación muy directa, como si le estuviera hablando a la persona del barrio, de la pulpería, a un amigo que está al frente de la casa. Que use un lenguaje menos técnico, más coloquial y sencillo, aun en los temas profundos”, recomendó Díaz.
Si dentro del análisis, el candidato tiene algunas debilidades en algunas áreas, puede apoyarse en otras personas cercanas a su fórmula presidencial, para no homogenizar el discurso, “porque no son los mismos problemas de quienes viven en las zonas urbanas que las rurales, o las situaciones que atraviesan las mujeres o las personas jóvenes”.
Por su parte, José Daniel Rodríguez, apuntó dos situaciones que podrían incidir en las estrategias de los partidos que deseen gobernar en el periodo 2026-2030: la confluencia de muchas agrupaciones que se inscriban y por otro lado, una eventual renuncia a la presidencia de Rodrigo Chaves y la mancuerna que haría con la diputada Pilar Cisneros, para proyectar al candidato oficialista.
“Costa Rica muy probablemente seguirá definiendo a su Presidente en segundas rondas, al no alcanzar ninguno el 40% de votos válidos en la primera ronda, producto de esa dispersión partidaria y eso deben considerarlo las agrupaciones”, apuntó.
En cuanto al segundo factor, quedará por ver en primera instancia si se concreta la renuncia y la participación proselitista del mandatario. Al respecto, José Andrés Díaz tiene sus reservas en cuanto a dar por sentado que la alta popularidad del Presidente se le trasladará de manera directa al candidato o candidata oficialista.
Díaz considera que ningún funcionario de gabinete que se han mencionado tiene las mismas cualidades comunicativas de Chaves. “Han tratado de imitarlo pero en el estilo están muy por debajo y habría que ver cómo se preparan para una contienda electoral”.
En suma, aspectos relacionados con tener un programa político robusto, una comunicación estratégica, conectar con la audiencia, no caer en la confrontación directa, hacer una autocrítica de lo que se ha dejado de hacer y mirar de reojo las situaciones que puedan desviar el rumbo de los acontecimientos, pueden ser aspectos claves que determinen si la oposición está lista o no para atravesar con éxito la senda electoral que comienza a despejarse.
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Guillermo Solano Gutiérrez