Publicado: diciembre 13, 2024
Joven de 19 años muere tras ser diagnosticada erróneamente con estrés universitario
Una tragedia atribuida a negligencia médica
Isabel McEgan, una joven de tan solo 19 años, perdió la vida en mayo de 2020 después de meses de búsqueda infructuosa de un diagnóstico adecuado. Su madre, Amanda McEgan, acusa a los médicos de negligencia, señalando que los persistentes síntomas de su hija fueron subestimados y atribuidos erróneamente al estrés académico.
Isabel había acudido repetidamente a consultas médicas por sudores nocturnos, palpitaciones, vómitos y una fatiga constante. Según Amanda, en cada visita los especialistas insistieron en que se trataba únicamente de estrés relacionado con las exigencias universitarias.
El estrés como diagnóstico equivocado
El estrés universitario es una reacción común entre los estudiantes ante los retos académicos, como evaluaciones, presentaciones y proyectos. Según la Universidad Nacional de Córdoba en España, este tipo de estrés es considerado una respuesta normal. Sin embargo, en el caso de Isabel, el diagnóstico ignoró otros síntomas críticos que merecían una exploración más profunda.
Durante 2018 y 2019, los médicos continuaron desestimando las señales de alerta. No fue hasta 2020, cuando Isabel participaba como consejera en un campamento de verano en Estados Unidos, que un tumor en su mandíbula despertó sospechas sobre su estado de salud.
Un diagnóstico devastador
Al regresar a casa, Isabel se sometió a una serie de pruebas exhaustivas que revelaron un diagnóstico impactante: padecía cáncer avanzado que se había extendido por todo su cuerpo. Según Amanda, el cáncer, posiblemente incurable en ese momento, podría haberse detectado si los médicos hubieran considerado la combinación de síntomas y realizado pruebas adicionales desde el inicio.
Isabel también sufría de leucemia infantil, una enfermedad difícil de diagnosticar y más común en jóvenes. Amanda explicó que los síntomas aparentemente leves o aislados suelen pasar desapercibidos, lo que hace crucial un enfoque médico más integral y sensible.
Reflexiones sobre el caso y la necesidad de mejorar los protocolos médicos
Amanda McEgan enfatizó la importancia de tomar en serio las visitas repetidas de adolescentes a consultas médicas. “Si un joven acude más de dos o tres veces con síntomas persistentes, eso debería ser una señal clara de que algo más serio podría estar ocurriendo”, señaló.
Este caso resalta la necesidad de fomentar una cultura médica que no subestime las preocupaciones de los pacientes jóvenes, instando a los profesionales a investigar más allá de las explicaciones superficiales.