Grecia ha enfrentado este año diversas catástrofes naturales, como olas de calor, incendios y falta de agua. Ahora se suma otra: desde el 26 de agosto han sido arrastradas al puerto de Volos y sus alrededores, a través de un pequeño río, más de cien toneladas de cadáveres de peces de agua dulce. Las autoridades locales decretaron emergencia hasta fines de septiembre.
Los peces muertos proceden del lago Karla, uno de los más grandes de Grecia, situado unos 20 kilómetros al norte de Volos. El lago fue secado por completo en 1962, para ganar terreno de cultivo, pero entre 2010 y 2018 fue parcialmente renaturalizado. Tras las inundaciones de septiembre de 2023, su superficie recobró su tamaño original, de aproximadamente 180 kilómetros cuadrados. En los meses siguientes, los peces encontraron suficiente alimento en el lago Karla y se reprodujeron a gran escala.
Luego llegó a Grecia el verano más caluroso del que se tenga memoria allí. Durante meses no cayó ni una gota de lluvia. El nivel del agua del lago bajó demasiado rápido y los peces murieron en grandes cantidades.
Reacción tardía
Esta es la muerte más masiva de peces registrada en la zona, pero no la primera. Las autoridades debieron haber observado el fenómeno e impedido que los cadáveres fueran arrastrados por el río Xiria, poniendo redes, pero estos llegaron al mar.
Entretanto, las autoridades intentan recolectar los peces en el puerto de Volos y las playas cercanas, para eliminarlos. Pero los restos de muchos peces se han mezclado con arena, algas y basura, y se busca ahora un vertedero especial.
Un duro golpe para el turismo local
Las imágenes de los peces muertos han dado la vuelta al mundo. La pestilencia se volvió insoportable para los habitantes del lugar y los visitantes. Muchos turistas se fueron, lo cual supone un duro golpe para la economía local. Según el Ministerio de Sanidad no hay peligro para la salud pública, pero ningún viajero quiere comer en los restaurantes del lugar.
De acuerdo con la cámara de comercio local, las actividades comerciales han caído cerca de un 80 por ciento en los últimos días en el paseo costero de Volos. Uno de sus representantes habló de una “increíble catástrofe ecológica y económica”. El gobierno anunció medidas de apoyo a las empresas afectadas.
¿Quién tiene la culpa?
La búsqueda de los responsables de la catástrofe ya se ha iniciado. El máximo tribunal de Grecia ha ordenado una investigación urgente, para determinar también responsabilidades penales.
Más allá de lo anterior, las autoridades esperan los resultados de los análisis ordenados por la fiscalía, para establecer si los peces murieron ahogados o si los afectó el uso desmedido de pesticidas y abonos en la zona que circunda el lago Karla.
En vista de las catástrofes ecológicas de ayer y hoy, Antonis Kokkinakis, profesor de Agricultura e Ingeniería Forestal de la Universidad Aristóteles, de Tesalónica, escribió en Facebook que el Estado griego no aprende de sus propios errores: “La naturaleza nos habla, pero no escuchamos o no queremos escuchar”.
(ers/cp)