Cuando salía de las clases del colegio, Félix no perdía el tiempo y se iba de inmediato, ya fuera a las cosechas de piña o de naranja, para ganarse algún ingreso con el cual ayudar a su familia.
Su casa se ubica en Alto los Reyes, a 32 kilómetros de Los Chiles, cantón fronterizo de la provincia de Alajuela, en la zona norte del país. En cada jornada, por su mente pasaba la idea de forjarse un destino diferente y tener la oportunidad de formarse profesionalmente.
Así como supo recoger los frutos de aquellas cosechas vespertinas, ahora Félix Galeano Martínez hace lo mismo, pero con el esfuerzo de su disciplina en la enseñanza: recientemente subió al estrado del auditorio Cora Ferro Calabrese de la Universidad Nacional (UNA) a recoger una triple titulación, algo destacable para un joven de 24 años, de zona rural, que proviene de una familia de escasos recursos económicos.
Quizás, hasta con un grado de timidez, reconoce su aporte personal al logro de estas metas; sin embargo, destaca abiertamente el apoyo que le ha brindado la UNA por medio de la beca de apoyo socioeconómico para obtener la triple titulación. En su caso, recibió, de manos del rector, Francisco González, el diplomado y el bachillerato en Educación Comercial y el diplomado en Administración de Oficinas, de la Escuela de Secretariado Profesional.
El apoyo de la UNA lo recibió también en los tiempos de pandemia, cuando la virtualidad le dificultaba el acceso a la tecnología desde su casa, en Alto los Reyes. “En los periodos de invierno allá, cuando llovía, viera qué complicado lo de las clases porque no había Internet. Fue una etapa compleja, pero logré salir adelante con el soporte que me daban mis profesores”, relató.
Su sed de aprendizaje no se detiene, más allá de haber obtenido estos tres títulos en el ciclo de graduaciones del primer semestre. Su aspiración es finalizar la licenciatura en Pedagogía del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) y luego seguir con la maestría en esta misma especialización.
En paralelo, este joven cursa también las carreras de Educación Matemática e Ingeniería Industrial en la Universidad de Costa Rica.
De Los Chiles, a Coto Brus y luego, Heredia
Félix proviene de un hogar compuesto por su mamá, su papá y sus tres hermanas. Obtuvo el título de bachillerato en el Liceo de Pavón y era en las tardes, después de las clases, que se iba a trabajar en las fincas.
Recuerda que aquella generación de estudiantes con la que ingresó estaba conformada por 120 muchachos y muchachas. Al final, la gran mayoría desertó en el proceso hasta que en la lista final solo 12 se graduaron.
“Muchas amistades se fueron quedando en el camino y para mí era una lástima que no siguieran. Yo pienso que la educación te transforma y yo sabía que de no tomar ese camino mis oportunidades iban a ser quedarme en la piñera y nada más”, reflexionó este amante de la música y del baile.
Tenía destrezas para los números y eso lo animaba a seguir y a no rendirse. Además, veía en Eilin, su hermana mayor, el ejemplo de cómo salir adelante. En su caso ella estudió Agronomía en la UNA.
El apoyo inquebrantable para continuar sus estudios, más allá del colegio, provino de su mamá y fue así como hizo el examen de admisión para ingresar a la universidad. Por puntaje, debió irse un año al Campus Coto, de la Sede Regional Brunca y luego, gracias a la excelencia académica obtenida, hizo el traslado al Campus Omar Dengo.
Corría el año 2018 cuando Félix comenzó su recorrido por las aulas universitarias y desde ese momento, y con el apoyo de la beca, concentró sus esfuerzos en avanzar en las carreras. “Yo matriculaba, entre todas las carreras, unos 15 cursos por semestre, entonces mi vida en estos años ha sido de la U a la casa y viceversa o bien en clases virtuales”, contó.
Para este estudiante, pesa mucho, además, el hecho de compartir espacios de aprendizaje con otras personas que tengan esas misma afinidad o disciplina hacia el estudio, de manera que pueda ser un aliciente hacia las metas que una persona se propone en la vida.
“Yo le digo a mis amistades, allá en Los Chiles, que nunca es tarde para iniciar”, narró este joven, quien también anima a sus hermanas menores, Jocelyn y Andrea, estudiantes de la Universidad Técnica Nacional, que continúen por esa senda.
Por sus compromisos académicos y, en muchas ocasiones, por priorizar el pago de alimentación y alquiler, a Félix se le dificulta visitar a su familia en Los Chiles. Sin embargo, trata de ir al menos cada mes y medio para compartir con sus seres queridos.
No descarta el hecho de optar por estudios de posgrado fuera del país y obtener pronto un trabajo que le permita poner en práctica la acumulación de aprendizajes de los últimos años. Por su empeño y dedicación, no duda que tiene todos los atestados para alcanzar también esas metas.
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UNA