2024 se convierte en el segundo año más violento de la historia del país

Costa Rica cerró el año nuevamente con una elevada cifra de asesinatos, siendo el 2024 el segundo más violento de toda la historia, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El corte más actualizado que se tiene al cierre del 31 de diciembre, revela que el país nuevamente vivió un año sangriento con al menos 880 crímenes.
Se debe tomar en cuenta que la cifra podría variar según los análisis que se hagan en Medicatura Forense.
Las estimaciones judiciales apuntaban justamente a terminar el año con entre 880 y 885 asesinatos, según el comportamiento criminal de las últimas semanas.
El año pasado, en medio de una ola de ajusticiamientos y recrudecimiento de guerras entre bandas por dominio de territorios para la venta de droga, el país registró 907 asesinatos, siendo hasta ahora el número más alto desde que se tienen registros.
Para Randall Zúñiga, director del OIJ, las incursiones en sitios estratégicos en los se registraban más casos, ayudaron a reducir los números levemente, sin embargo, el no poder sostener esos operativos generó que los grupos criminales salieran a las calles a atacar a sus rivales aprovechando la disminución de policías vigilando.
“Es evidente que las incursiones policiales son efectivas, lo vemos con lo que pasó en Limón, Puntarenas y los barrios del Sur (San José), en estos últimos estuvimos tres semanas con cero homicidios, pero apenas levantamos empezaron los asesinatos, incluso en Alajuelita hubo uno triple, esa presencia policial es la que hace falta en el corto plazo para revertir este tema“, señaló.
Los ataques sin contemplación por parte de los sicarios se vieron reflejados en los eventos donde se reportó más de una víctima, mismos que se hicieron más recurrentes, pues este año al menos 68 homicidios fueron dobles, 10 triples y 1 cuádruple.
El OIJ había proyectado desde que inició el 2024 que para febrero del 2025 podrían haberse perpetrado 1.050 crímenes, sin embargo, es una cifra que no habían querido revelar para que no se usara como revulsivo en los criminales que están detrás de estas acciones.
“Se estaba manejando como una posibilidad, pero por el ritmo que se lleva es muy probable que sean menos”, dijo.
La policía judicial inició su estrategia para bajar los homicidios con un trabajo de avanzada en Limón a inicios de febrero, tomando como punto de partida allanamientos a la casa de Tony Peña Russell, líder de una banda de sicarios que tenía enfrentamientos armados con el grupo llamado “La H” o “Los Hondureños”, guerra que provocó más de 60 asesinatos en el cantón central.
“Trabajos como los realizados en Limón para intentar detener a Peña Russel en febrero y una semana después los allanamientos para dar con miembros del grupo La H, nos ayudaron a mitigar el impacto de los homicidios en Limón que era uno de los lugares más críticos, lo que pasa es que esos operativos tuvieron sus costos, estuvieron varias semanas los agentes en la zona y eso consumió gran parte del presupuesto que teníamos para viáticos, lo cual nos hizo sufrir desde octubre con el tema presupuestario para ver como lográbamos acomodar los trabajos sin pasar carencias, decía Napoléon que las guerras se ganan con la panza llena”, señaló Zúñiga.
Al revisar los datos, precisamente febrero fue uno de los meses menos violentos del 2024, pues perpetraron 69 asesinatos, mientras que en ese mismo periodo del año pasado hubo 88 casos, coincidiendo con la labor hecha en Limón.
El jerarca fue enfático en que el último trimestre del año tuvieron que sacarlo literalmente como se dice popularmente con las uñas, pues parte mucho del dinero que tenían para usar durante el año se tuvo que destinar a otras operaciones importantes como la realizada en el Pacífico Central, que también surtió efectivo positivo en la disminución de hechos violentos con víctimas mortales.
“En Puntarenas también se logró controlar el tema de los homicidios, durante los 22 días que estuvimos ahí no hubo ni un solo homicidio, pero una vez que levantamos la operación y salimos también comenzaron otra vez los homicidios, incluso luego de eso se reportó una refriega en la que 11 personas salieron heridas porque querían matar a un objetivo”, recordó.
Pese a que el año cerraría con una leve baja en la cifra de aproximadamente 20 casos menos que el año pasado, hubo provincias como San José, Cartago y Puntarenas que sí tienen más asesinatos este año en comparación con el anterior.
Sin embargo, hubo distritos puntuales que dispararon los números en determinados momentos, mismos que en otros momentos si acaso registraban 1 o 2 asesinatos al año, como es el caso de Turrialba.
“En Cartago hubo un aumento importante por la violencia que se vivió a inicio de año en Turrialba, donde hubo una cifra histórica de homicidios que nunca se había registrado, pero igualmente se pudo contener la situación con las incursiones que hicimos y luego de eso el asunto mejoró bastante, igual en Llanos de Santa Lucía en Paraíso donde hubo enfrentamientos con frecuencia que dejaron bastante víctimas”, explicó el jefe del OIJ.

Sin acciones concretas
Expertos en la materia como Gustavo Mata Vega, exjefe del OIJ y exministro de Seguridad, coinciden en que pese a que desde el año pasado se advirtió que la problemática no se solucionaba con discursos de odio a los otros poderes de la República, el gobierno no tomó acciones concretas para contrarrestar la ola de violencia y los resultados que tenemos eran los esperados.
“Se nota que se sigue generando una cantidad de homicidios dolosos muy importante, donde en gran parte se usan armas de grueso calibre, si bien es cierto la proyección era cercano a los 900, la disminución fue muy poco significativa y esto se debe a que no se tomaron las acciones pertinentes. Si se logró bajar los números fue gracias a la actuación de la policía judicial que ha logrado desarticular grupos criminales muy importantes, pero eso denota que falta más presencia de Fuerza Pública en las calles, y eso pasa no porque los oficiales no lo quieran sino porque no tienen el presupuesto necesario para equiparar fuerzas con estos grupos criminales y eso los deja en desventaja, sin acciones concretas no hay resultados”, dijo.
Añadió que los diputados oficialistas y el gobierno deben dirigir sus energías en buscar una solución a la inseguridad que impera en el país, pues señala que existe una falta de interés en dotar de recursos al OIJ, fiscales y jueces, únicamente por llevarle la contraria al Poder Judicial.
Erick Villalba, criminólogo y experto en seguridad, por su parte coincido con que es lamentable acabar el año con cifras históricas con una disminución de si acaso 22 casos, lo cual no tiene una repercusión real en la percepción de los ciudadanos.
“Ahora la frase común de la gente es que tienen miedo de salir a la calle y que lo maten, o que ya ni en la casa se está seguro de que no lo vayan a matar”, apuntó.

Villalba enumeró los principales ejes que promovieron la violencia durante el 2024:

Reclutamiento de menores edad en grupos de crimen organizado:  “por su capacidad física para actuar, pagos bajos que se les da como tenis y sumas muy bajas, es que los narcotraficantes los buscan ante la desatención del Estado de esta población a las que no les puede dar suficiente en educación, trabajo, deporte, cultura y otros aspectos”.
Víctimas colaterales: “muchas personas asesinadas no eran el objetivo del sicario, estuvieron en el lugar que no era el indicado, esta situación nos obliga a poner atención de con quién andamos, aunque sean familiares o personas, porque somos propensos a convertirnos en víctimas colaterales”.
Debilitamiento en el sistema policial, judicial y penitenciario: “el delincuente trabaja tranquilo porque está empoderado, porque lo ven como un trabajo con ganancias fáciles y como sicarios saben que si son detenidos le pagan a un buen abogado y quizás no sean sentenciados, de lo contrario igual desde el centro penal pueden liderar sus grupos y en poco tiempo pueden salir”.
Estrés social o colectivo: “se ha generado mucha tensión en carretera, bares y en futbol incluso, eso hace que la gente quiera resolver los problemas por sus medios con venganza. Hay muertes absurdas, y esto también lo ha generado nuestro sistema, porque muchos prefieren no llamar a la policía por la desconfianza que existe pensando en que igual no van a hacer nada. Todo ese odio se canaliza con violencia y termina con asesinatos”.

 

Source
Carlos Castro

Show More

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button