El océano y los mares se convierten esta semana en el motivo para discutir temas relevantes de supervivencia humana, durante el Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24), que se realiza en la Universidad Nacional (UNA).
La gobernanza del océano es parte de los temas que se abordan, por medio de un taller coordinado por la cátedra de Diplomacia Azul, de la Escuela de Relaciones Internacionales.
Karol Ulate, académica del Laboratorio de Estudios Marinos de la Escuela de Ciencias Biológicas de la UNA, llamó la atención sobre el hecho de que Costa Rica, bajo la administración actual, debe dar muestras más certeras de liderazgo político que contribuyan a una mayor gobernanza. Esto, a pesar de que en el país se desarrolla, el 7 y 8 de junio, el evento de alto nivel: Inmersos en el Cambio, que antecede a la III Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC25), en la cual, Costa Rica y Francia son anfitriones.
Uno de los aspectos en los que puso énfasis Ulate, durante el primer día del taller, fue la necesidad de reactivar el trabajo de la Comisión para la Gobernanza Marina, creada por el decreto ejecutivo 41.775 en el 2019, durante el gobierno de Carlos Alvarado. La comisión está conformada por jerarcas de cuatro ministerios gubernamentales (Ambiente y Energía, Agricultura y Ganadería, Seguridad Pública, Obras Públicas y Transportes), así como por la presidencia ejecutiva del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Entre sus funciones, la Comisión debe “desarrollar una visión país para los mares que asegure el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos, el desarrollo económico del país y garantice mares limpios, sanos y resilientes”, según se lee en el texto del decreto.
Sin embargo, en lo que va del 2024, la Comisión no ha sesionado, aseguró Ulate. “Ellos deberían estar sesionando una vez al mes. A nosotros, como academia, aunque no somos parte de la Comisión nos invitaron y una de las metas era establecer unidades de manejo para identificar a los actores claves. Estábamos trabajando en eso, hubo cambio de Gobierno, las reuniones empezaron a disminuir, no nos convocaron más y ahora a la luz de este Congreso queremos ver y entender cuáles han sido los avances”.
Otro de los aspectos que genera discordancia es que el Gobierno no ha nombrado a una persona al frente del Viceministerio de Aguas y Mares, cuyo jerarca lideraba las convocatorias para el funcionamiento de la Comisión.
A nivel político, la académica de a UNA relató que existen conversaciones en la Asamblea Legislativa para otorgarle un rango de ley al decreto, de manera que su operatividad no dependa de los gobiernos de turno.
Publicación de libro
El taller de gobernanza océanica es el espacio donde expertos marinos y de diversas ramas de la ciencia del mundo exponen sus planteamientos; sus visiones estarán incorporadas en un libro sobre diplomacia azul, a cargo de la Escuela de Relaciones Internacionales.
La coordinadora de la cátedra de Diplomacia Azul y del taller, María Fernanda Morales, indicó que en la literatura científica son pocos los textos que hacen referencia a este tema. En una reciente participación en el podcast Cuentas y Cuentos, la académica manifestó que “hemos hablado mucho de la visión ecologista que se ha relacionado con el color verde, lo cual está muy bien, pero se ha relegado a los mares y el océano que se identifica con el color azul y es en los últimos 10 años cuando empieza a tomar importancia en los círculos internacionales sobre todo por los efectos del cambio climático”, manifestó.
El hecho de que la Escuela de Relaciones Internacionales lidere esta producción académica tiene otras implicaciones relevantes, de acuerdo con Morales. Por un lado, se busca asentar que la agenda azul va más allá de la protección de los ecosistemas marinos, ya que incluye además aspectos de seguridad alimentaria para los países, actividad económica regulada y seguridad vinculada con el auge del comercio ilícito y la penetración del narcotráfico.
“Si bien el concepto de la diplomacia azul cobra relevancia a la luz de las negociaciones internacionales previas a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano, debemos dotarlo de contenido y para ello requerimos reflexionar y conocer las distintas experiencias desde cada uno de los países en el ámbito internacional, con una importante representatividad geográfica que se ve reflejada en este taller”, indicó Marco Vinicio Méndez, director de la Escuela de Relaciones Internacionales.
En el desarrollo del taller hubo exponentes a cargo de redactar capítulos del libro, como es el caso de Roberto Lastra, de la Universidad del Atlántico de Colombia, o de Miguel Ángel Sánchez, de la Universidad Tecnológica Nacional de Argentina. Este último abogó por determinar en primera instancia cuáles áreas protegidas cuenta cada nación y asegurar su gobernanza y sostenibilidad, antes de optar por un incremento de las zonas en resguardo. Por su parte, Lastra se refirió a mecanismos de participación ciudadana expeditos que deben considerarse en la generación de políticas públicas.
El hecho de que exista un aporte académico desde las ramas de la ciencia biológica, el derecho, la economía y las relaciones internacionales es un ejemplo claro de la interdisciplinariedad que la UNA promueve, para que las producciones académicas cuenten con las visiones desde distintos enfoques.
El taller se efectuó durante dos días (3 y 4 de junio) en el edificio de la Facultad de Ciencias Sociales y concluyó con un panel de discusión el 5 de junio, en el auditorio Cora Ferro en el Centro Universitario Emilia Prieto. Es una actividad que se enmarcó en el desarrollo del Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24).
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UNA