¿Qué tan realista es que Hamás ceda el poder en Gaza?

¿Quién podría gobernar Gaza en el futuro? La pregunta ha cobrado candente actualidad desde el martes 22 de abril, cuando un funcionario palestino dijo a la BBC, bajo condición de anonimato, que el grupo islamista Hamás -considerado terrorista por la UE-, que gobierna la franja desde 2007, habría manifestado su disposición a entregar el poder a otra autoridad palestina.

Podría ser la Autoridad Nacional Palestina (ANP) o una nueva entidad aún por crear. La condición previa es que se alcance un acuerdo “a nivel nacional y regional”, según el anónimo funcionario.

La noticia se conoce junto a un borrador presentado por Egipto y Qatar para guiar las futuras negociaciones indirectas entre Israel y Hamás para un renovado cese de las hostilidades. Allí se propone que todo el proceso dure de cinco a siete años, e incluiría la retirada completa de Israel de la Franja de Gaza y la liberación de todos los rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos.

El anuncio puede responder, al menos en parte, al importante debilitamiento que ha sufrido Hamás como resultado de la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza, que surgió como respuesta al ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023.

Entonces, Hamás mató a unas 1.200 personas y secuestró a otras 250, a las que trasladó a la franja, mismo territorio donde desde entonces, según cifras proporcionadas por las autoridades sanitarias locales controladas por Hamás, han perdido la vida más de 50.000 personas debido a los ataques israelíes. Estas estimaciones son consideradas creíbles por la ONU. La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas estima Incluso que los números pueden ser demasiado bajos.

Manifestaciones contra Hamás

Está claro que Hamás no tiene más alternativas que reaccionar, tras un conflicto armado que se extiende ya por año y medio, según el periódico Al Hayat al-Jadeeda, publicado por la ANP. La aparente mayor apertura de la organización a llegar a acuerdos también puede deberse a las recientes manifestaciones casi diarias de ciudadanos de la Franja de Gaza exigiendo el fin del gobierno de Hamás.

“Estas protestas reflejan claramente el rechazo de la población al movimiento”, señaló el periódico. Otro punto a considerar es que el gobierno de Irán podría pronto dejar de lado a sus aliados regionales en Medio Oriente -incluido a Hamás- en el marco de sus negociaciones con Estados Unidos. Así al menos lo ven algunos expertos.

Si Hamás efectivamente renunciara al poder, se pondría fin a un largo período sin cambios políticos en Gaza. En 2005, el entonces primer ministro de Israel, Ariel Sharon, retiró a las tropas y a los colonos israelíes del territorio.

Un año más tarde, Hamás ganó la mayoría de los escaños en ese territorio palestino, y poco después acordó formar un gobierno conjunto con su rival, Fatah. La coalición fracasó a los pocos meses. En 2007, las fuerzas de Hamás atacaron la sede de Fatah y tomaron el control de toda la franja . Desde entonces, gobierna casi sin oposición.

El desarme de Hamás es clave

¿Está ahora realmente ese control en peligro? El politólogo Peter Lintl, que investiga el conflicto en Medio Oriente para la Fundación de Ciencias y Política de Berlín, duda que en el futuro próximo se produzca una transferencia voluntaria del poder por parte de Hamás. El principal obstáculo es la desmilitarización exigida por Israel. Pese a ello, sí considera posible que el grupo renuncie al ejercicio directo del poder en favor de un gobierno tecnocrático.

“Pero me parece más dudoso que Hamás acepte su propio desarme. Y esto plantea la cuestión de quién garantizaría la seguridad interna y externa si Hamás permanece armado. Probablemente seguiría siendo más fuerte que cualquier unidad armada patrocinada por un Estado”, afirma el experto. Y también parece inconcebible que Israel acepte un escenario como ese, al menos en la situación actual.

Marcus Schneider, de la fundación alemana Friedrich Ebert, también se muestra escéptico. Si bien es teóricamente concebible que Hamás abandone la Franja, la pregunta es quién podría tomar su lugar. “Dentro de Gaza no existe ninguna alternativa real”, estima Schneider. “La única solución viable es la Autoridad Palestina, pero Israel la ha estado bloqueando durante un año y medio”, señala. “Lo que se olvida es que la Franja de Gaza y Cisjordania conforman una unidad política. Es difícil imaginar que ambos territorios sean gobernados por entidades distintas en el largo plazo”, sentencia.

Es difícil imaginar alternativas

Peter Lintl también ve difícil imaginar una alternativa al gobierno de Hamás. Con un liderazgo israelí distinto al actual sería posible prever un compromiso viable, sostiene Lintl. “Pero el actual gobierno israelí está en contra del autogobierno palestino y, claramente, también en contra de la retirada israelí de la Franja de Gaza”.

Por el contrario, algunos sectores del actual gobierno abogan por el reasentamiento israelí en la Franja de Gaza o, al menos, por el establecimiento de grandes zonas de amortiguación permanentes. La actual zona de amortiguación ya representa en torno al 30 por ciento del territorio de la franja, dice el experto.

Del lado palestino, esto aumenta aún más el temor a la expulsión de su propia población.

Lintl no considera posible que Israel, con su actual gobierno, acepte alguna forma de autogobierno palestino después de que Hamás abandone el poder. Schneider piensa de manera similar. Dada la política israelí durante el último año y medio, parece claro que Israel no tiene interés alguno en la creación de una nueva entidad política palestina en la Franja, independientemente de su composición y naturaleza. “Se podría haber hablado de fuerzas alternativas desde el comienzo de la guerra, pero eso no sucedió. No hay absolutamente ninguna necesidad de una alternativa política por parte de Israel”.

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