El presidente Trump firmó la orden en el Día Nacional de las Niñas y las Mujeres en el Deporte el 6 de febrero .Credit…Eric Lee/The New York Times
Publicado: febrero 9, 2025
El presidente Donald Trump firmó el miércoles una orden ejecutiva destinada a prohibir que las mujeres y niñas trans compitan en deportes femeninos, ordenando a las agencias que retiren la financiación federal a las escuelas que se nieguen a cumplirla.
“A partir de ahora, los deportes femeninos serán solo para mujeres”, dijo en la Sala Este de la Casa Blanca antes de firmar la orden.
La orden, titulada “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos” y firmada en el Día Nacional de las Niñas y las Mujeres en el Deporte, pretendía cumplir una cuestión que Trump convirtió en un tema clave de su campaña, en la que denunciaba con frecuencia a los atletas trans.
Trump confía en que el Departamento de Educación logre el fin de la directiva mediante una interpretación revisada de las leyes federales de derechos civiles. Las escuelas que no sigan estas leyes pueden perder su financiación federal.
La orden también ordenaba al Departamento de Estado presionar al Comité Olímpico Internacional para que realizara cambios similares a nivel internacional, haciendo que la elegibilidad “se determine en función del sexo y no de la identidad de género o la reducción de testosterona”.
El gobierno de Trump está recurriendo al Departamento de Educación para llevar a cabo esta política cambiando su interpretación del Título IX, la ley de 1972 que prohíbe la discriminación por razón de sexo en los programas que reciben financiación federal.
El gobierno de Joe Biden había promulgado una norma el año pasado que hacía de la discriminación o el acoso basados en la orientación sexual o la identidad de género una violación de la ley federal de derechos civiles, pero el mes pasado un juez federal anuló esa norma, proporcionando a los funcionarios de Trump una vía para volver a utilizar las normas del Título IX establecidas en el primer mandato de Trump.
En una declaración posterior a la orden, la asesora general adjunta del Departamento de Educación, Candice Jackson, hizo suya la llamada a la acción del presidente, afirmando que el departamento “daría prioridad a la aplicación del Título IX”.
“El presidente afirmó que este gobierno protegerá a las mujeres deportistas del peligro de competir y de la indignidad de compartir espacios privados con alguien del sexo opuesto”, dijo Jackson.
“Se trata de una postura muy popular entre el pueblo estadounidense”, declaró a los periodistas Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, citando una encuesta realizada en enero por The New York Times e Ipsos, en la que el 67 por ciento de los encuestados demócratas se oponían a que atletas trans compitieran en deportes femeninos.
Varios estados y grupos jurídicos se comprometieron inmediatamente a impugnar la orden.
“Trump va a hacer esto una y otra vez”, dijo en un comunicado el fiscal general de Connecticut, el demócrata William Tong. “Va a intentar decirnos que tenemos dos opciones, infligir un daño terrible a las familias de Connecticut o aceptar las consecuencias de sus amenazas draconianas sin ley”.
“Debemos recordar que siempre hay una tercera opción: permanecer unidos y contraatacar”, dijo Tong.
El cambio podría obligar a los órganos rectores del atletismo, como la Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA por su sigla en inglés), a actualizar sus políticas para cumplir la orden. En enero, el presidente de la NCAA, Charlie Baker, había pedido a los reguladores una mayor claridad jurídica sobre la cuestión.
En 2022, la NCAA había adoptado una política para los atletas transgénero inspirada en la del movimiento olímpico, que adopta un enfoque deporte por deporte para determinar la elegibilidad.
Pero en reacción a la orden del miércoles, Baker emitió una declaración afirmando que la organización adoptaría la nueva política y aceptaría “nuevas orientaciones del gobierno” sobre cómo cambiar de rumbo.
“Creemos firmemente que unas normas de elegibilidad claras, coherentes y uniformes servirían mejor a los estudiantes-atletas de hoy en día, en lugar de un mosaico de leyes estatales y decisiones judiciales contradictorias”, dijo Baker. “Con ese fin, la orden del presidente Trump proporciona una norma nacional clara”.
Diversas organizaciones de derechos civiles denunciaron el miércoles la posibilidad de que se abandonen esas normas.
“Las personas trans, como cualquier otra persona, deben poder hacer realidad sus derechos humanos para poder participar plenamente en los deportes con seguridad y dignidad”, dijo Karla Gonzales Garcia, directora de programas de género, sexualidad e identidad de Amnistía Internacional. “Vigilar quién puede y quién no puede practicar deportes podría conducir a pruebas invasivas y problemáticas a todos los atletas”.
Más de dos decenas de estados ya prohíben a los atletas trans participar en deportes en escuelas, ya sea en centros de enseñanza primaria o secundaria o en el ámbito universitario. Y en enero, días antes de la toma de posesión de Trump, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para prohibir a las mujeres y niñas trans participar en programas deportivos para alumnas de todo el país. El proyecto de ley se enfrenta a perspectivas inciertas en el Senado, donde siete demócratas tendrían que unirse a los republicanos para que avanzara hasta la votación final.
Organizaciones sin fines de lucro y legisladores conservadores celebraron la orden, alabando el reconocimiento por parte del gobierno de Trump de dos sexos “inmutables” —masculino y femenino— y su rechazo de cualquier identidad de género fuera de ese binario.
“Ningún activismo, presión empresarial o mentira puede borrar la realidad: los hombres son biológicamente diferentes de las mujeres”, dijo en un comunicado la representante Nancy Mace, republicana por Carolina del Sur. “Esta orden ejecutiva restablece la equidad, mantiene la intención original del Título IX y defiende los derechos de las atletas que han trabajado toda su vida para competir al más alto nivel”.
Los detractores de las propuestas de prohibir a los deportistas trans han señalado el perjuicio que supone excluir categóricamente a un grupo de personas de una actividad escolar, y la marea de desinformación que exagera el alcance de la controversia.
El año pasado, Trump arremetió con frecuencia contra los deportistas trans durante la campaña electoral, y se adhirió a afirmaciones desacreditadas que se propagaban por las redes sociales, como la de una boxeadora cuya elegibilidad fue cuestionada durante los Juegos Olímpicos de París por la falsa afirmación de que era trans.
“Segrega a un grupo de niños pequeños, les impide algo que todos los demás niños pueden hacer, y obliga a las escuelas y a los profesores a sumarse o a arriesgar sus puestos de trabajo”, dijo Tyler Hack, director ejecutivo del Proyecto Christopher Street, un comité de acción política y sin fines de lucro creado el mes pasado en respuesta a las políticas trans de Trump.
“Es un momento en el que necesitamos que todo el mundo se levante y se haga oír”, dijo Hack.
Las órdenes ejecutivas de Trump relativas a las políticas de género, diversidad y equidad ya se han topado con desafíos legales.
El martes, al obstaculizar una de las primeras órdenes ejecutivas de Trump, un juez federal dictó una orden de restricción temporal que impedía a la Oficina de Prisiones alojar a mujeres trans con reclusos varones o detener el tratamiento médico relacionado con las transiciones de género.
Bajo la presidencia de Joe Biden, el Departamento de Educación había propuesto normas adicionales del Título IX que habrían vetado las prohibiciones generales a los atletas trans. Sin embargo, en diciembre retiró la propuesta, en parte para evitar que el nuevo gobierno de Trump se apresurara a redactarla de nuevo y a cooptarla.
*Con información de The New York Times en Español.