La candidatura de Rebeca Grynspan para la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) genera altas expectativas.
Para la exvicepresidenta de 69 años, la reputación de Costa Rica y su trayectoria profesional son plataforma suficiente para ilusionarse de cara a la campaña para suceder a António Guterres al frente de este organismo multilateral.
Esa sensación también la tiene el canciller Arnoldo André, tras los primeros encuentros bilaterales en los que introdujo a la economista de profesión como aspirante.
Ambos coinciden en que, para convertir en realidad esos anhelos, es necesario que el país se apropie de la candidatura, de manera que cada representación a nivel mundial ponga de su parte para contribuir en la campaña de Grynspan. Así, podrán asumirse aliados y cosecharse apoyos de cara a la elección que hará el Consejo de Seguridad entre junio y agosto del otro año.
“Esta será una campaña austera, no tiene por qué ser una campaña costosa. Nosotros tenemos ya, de por sí, muchas cosas con las que partimos. El prestigio y reconocimiento a Costa Rica internacionalmente son nuestra primera carta de presentación. Con humildad digo que mi trayectoria también lo es. No soy desconocida en el mundo internacional, no tenemos que partimos de cero.
“Partimos de una posición de fuerza y reconocimiento, que ya es un punto de partida muy adelante, que no tenemos que hacer de nuevo”, subrayó la candidata.
La actual secretaria general de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo cree que hay altas posibilidades de que esta “tarea” sea “exitosa”.
En esa línea, el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC) aseguró haber recibido “muy buenas señales” durante los primeros acercamientos que hizo recientemente en el marco de su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados Unidos.
Valga recordar que la elección del nuevo secretario general iniciará formalmente a finales de año, una vez que se emita la carta conjunta. Luego, entre junio y agosto del próximo año, el Consejo de Seguridad emitirá una recomendación a la Asamblea General, para que esta finalmente tome la decisión.
En la actualidad, ese órgano lo componen Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia y Rusia como integrantes permanentes (P5), así como Argelia, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Guayana, Pakistán, Panamá, República de Corea, Sierra Leona y Somalia.
André subrayó que parece haber un consenso para que el próximo secretario general sea latinoamericano. Esto si se considera que el único representante de la región que hasta ahora ha ocupado ese cargo fue el peruano Javier Pérez, entre 1982 y 1991.
Muestra de ello es que las únicas nominaciones confirmadas por el momento son del continente: la expresidenta chilena Michelle Bachelet, así como el exvicepresidente y excanciller boliviano, David Choquehuanca.
Otros nombres que suenan para la campaña son el de la canciller mexicana Alicia Bárcena; la expresidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa; el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi; entre otros.
Grynspan se dijo respetuosa de las otras candidaturas, al tiempo que aseguró que es bienvenida la diversidad de aspirantes.
Aires de cambio
Rebeca Grynspan evitó dar mayores detalles sobre la agenda que promoverá, pues considera que el momento para ello debe ser una vez que se haya oficializado su candidatura.
Sin embargo, reconoció la necesidad de hacer las modificaciones necesarias para fortalecer el multilateralismo en momentos de conflictos entre países y críticas a la organización.
“Tengo que decir que conozco bien a las Naciones Unidas. La conozco bien para reformarla y para defenderla. Las Naciones Unidas requieren reforma porque fueron formadas en un Estatuto de 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, y por supuesto requiere el reforzamiento de sus estructuras”, comentó.
Pero también hizo ver que, con todo y sus defectos, ese organismo es el único foro global que existe, lo que la coloca en un lugar privilegiado para aportar soluciones a los principales problemas del mundo.
Acotó que, si bien es una instancia sin igual, ello no significa que esté sola. En esa línea, apuntó que la organización debe trabajar en red con otros foros regionales y plurinacionales.
La exvicepresidenta destacó que para alcanzar esa “ONU del siglo XXI” es necesario mucho esfuerzo, la búsqueda de acuerdos y la construcción de puentes para acercar a grupos con diferencias sobre cuál debe ser el futuro de la instancia.
Grynspan cree que se debe buscar evitar la conflagración y el sufrimiento, al tiempo que se hace una defensa de la dignidad, el desarrollo y los derechos humanos.
“Déjeme decirle que yo me considero una persona segura, valiente y resiliente. Eso será fundamental para este puesto”, señaló la aspirante.
La economista recordó que, en todas las instituciones que lideró, llevó a cabo reformas que permitieron que estas fueran mejores que cuando llegó a ellas.
Asimismo, se dijo representante de valores costarricenses como el respeto y la solidaridad, además del el compromiso con la democracia, el diálogo, la paz, la sostenibilidad, la educación y la salud; los cuales —indicó— serán un gran aporte para el mundo.
Dos estados
Consultada sobre su visión respecto a la creación de un Estado de Palestina, Rebeca Grynspan expuso que mantiene la misma posición de las Naciones Unidas. En ese sentido, cree que lo que corresponde son dos estados: uno israelí y uno palestino. Pero para la exvicepresidenta, estos deben convivir en paz y con seguridad.
La candidata a secretaria general de las Naciones Unidas destacó la “esperanza” derivada de las negociaciones para un cese al fuego, a dos años del ataque de Hamás a Israel, que desató una violenta guerra.
Grynspan también se abstuvo de responder si Israel ha incurrido en un genocidio con su respuesta al ataque del 7 de octubre de 2023, al aducir que esa determinación, desde el punto de vista del derecho internacional, le corresponde a otras instancias y no a las Naciones Unidas.