Charlie Kirk fue uno de los activistas conservadores más destacados de Estados Unidos y un aliado de confianza del presidente Donald Trump.
Kirk, quien murió este miércoles a los 31 años tras recibir un disparo durante un evento en una universidad de Utah, era conocido por organizar debates al aire libre en campus universitarios de todo el país y se había convertido en una celebridad mediática en EE.UU.
En 2012, a los 18 años, cofundó Turning Point USA (TPUSA), una organización estudiantil que busca difundir los ideales conservadores en universidades estadounidenses de tendencia liberal.
Solía compartir en sus redes sociales y su podcast diario homónimo videos de él debatiendo con estudiantes sobre temas como la identidad transgénero, el cambio climático, la fe y los valores familiares.
Hijo de un arquitecto, creció en Prospect Heights, un suburbio acomodado de Chicago, y asistió a un colegio universitario cerca de la ciudad antes de abandonarlo para dedicarse al activismo político.
Luego Kirk solicitó el ingreso a West Point, la academia militar de élite estadounidense, aunque no tuvo éxito.

Kirk solía mencionar con ironía su falta de título universitario al participar en debates con estudiantes y académicos sobre temas esotéricos como el posmodernismo.
Su papel en TPUSA despegó tras la reelección de Barack Obama como presidente en 2012.
El joven activista recorrió el país participando como ponente en eventos republicanos, muchos de ellos populares entre los miembros del movimiento ultraconservador Tea Party.
A la fecha, TPUSA cuenta con delegaciones en más de 850 universidades.
Kirk, un ávido orador público, se dirigió a la Oxford Union a principios de este año y en 2020 escribió el éxito de ventas The MAGA Doctrine (“La doctrina MAGA”, por el eslogan de Trump Make America Great Again – “Hagamos EE.UU. grande de nuevo”).
TPUSA desempeñó un papel clave en la campaña para promover el voto a Trump y otros candidatos republicanos en las elecciones de 2024.
A este popular comentarista millennial se le atribuyó ampliamente haber ayudado a registrar a decenas de miles de nuevos votantes y haber dado la vuelta a la elección en Arizona a favor de Trump.
Kirk asistió a la toma de posesión de Trump en enero en Washington D.C. y fue un visitante habitual de la Casa Blanca durante ambos mandatos del magnate republicano.
El presidente y sus asesores valoraban la influencia política de Kirk en las bases del movimiento MAGA.

En sus años de activismo, Kirk participó en convenciones republicanas y en 2024 Trump le devolvió el favor con un gran discurso en la conferencia Turning Point en Arizona.
A principios de este año, viajó con el hijo de Trump Donald Trump Jr. a Groenlandia, mientras el entonces presidente electo argumentaba que EE.UU. debería ser el propietario del territorio ártico.
La religión cristiana evangélica de Kirk y su familia (estaba casado con una ex Miss Arizona, con quien tuvo dos hijos) eran fundamentales en su política, y se lo consideraba tanto el futuro del activismo conservador como una figura altamente polarizadora.
Quizás el mayor homenaje a su contribución a la política republicana provino del propio Trump en un clip reproducido al comienzo del podcast de Kirk.
En él, el presidente decía: “Quiero agradecerle a Charlie; es un tipo increíble; su espíritu, su amor por este país; ha hecho un trabajo increíble construyendo una de las organizaciones juveniles más poderosas jamás creadas”.
Kirk discutió numerosos temas políticos y sociales en sus eventos y en sus podcasts, entre ellos el control de armas.

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