El jefe de Hezbolá, Naim Qasem, se comprometió el viernes a “cooperar” con el ejército libanés en la aplicación del acuerdo del cese el fuego con Israel, que prevé que las tropas israelíes y las de la milicia islamista se retiren del sur de Líbano.
La tregua, que puso fin a más de un año de hostilidades transfronterizas y a dos meses de guerra abierta, ya está siendo puesta a prueba, con un bombardeo israelí este viernes contra una posición de Hezbolá.
“Habrá una coordinación de alto nivel entre la Resistencia y el ejército libanés para implementar los términos del acuerdo”, declaró Qasem.
El acuerdo de cese el fuego prevé el repliegue del sur de Líbano en un plazo de 60 días de las tropas israelíes, que habían lanzado una ofensiva terrestre el 30 de septiembre, una semana después del inicio de una campaña de bombardeos.
Las milicias de Hezbolá deberán retroceder por su lado hasta el norte del río Litani, a unos 30 km de la frontera, y desmantelar su estructura militar en el sur, donde solo podrán operar el ejército libanés y los cascos azules de la ONU.
“Que nadie apueste por problemas o conflictos” con el ejército, advirtió Qasem, que sustituyó a Hasan Nasralá, asesinado en un bombardeo israelí a fines de septiembre en el suburbio sur de Beirut, un bastión de Hezbolá.
“La Resistencia estará lista para impedir con nuestros socios, y ante todo con el ejército, que el enemigo se aproveche de la debilidad de Líbano”, agregó Qasem, destacando que Hezbolá está dispuesto a colaborar para “fortalecer la capacidad defensiva” del ejército libanés.
En su primer discurso desde la entrada en vigor del alto el fuego, Qasem aseguró que el movimiento islamista había obtenido “una gran victoria”.
“Ganamos porque impedimos que el enemigo destruyera a Hezbolá y aniquilara o debilitara a la Resistencia”, sostuvo en su mensaje pregrabado.
La operación israelí debilitó a Hezbolá y diezmó a sus dirigentes, pero aún así el movimiento armado apoyado por Irán sigue siendo un actor clave en la escena política libanesa.
– “Guerra intensiva” –
El ejército israelí indicó que había bombardeado un lanzacohetes de Hezbolá en el sur de Líbano.
“Hace poco se detectaron actividades terroristas y el desplazamiento de un lanzacohetes portátil de Hezbolá en el sur de Líbano. La amenaza fue frustrada por un ataque [de la Fuerza Aérea israelí]”, informó el ejército en un comunicado publicado con un video que muestra un bombardeo aéreo contra un camión que se mueve lentamente.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, amenazó el jueves con ordenar una “guerra intensiva” contra Hezbolá en caso de violación de la tregua.
El ejército libanés acusó a Israel de violar “varias veces” el alto el fuego, en el segundo día de su entrada en vigor.
Soldados israelíes efectuaron además disparos el viernes contra residentes del sur del Líbano durante un funeral en una aldea fronteriza, según la agencia de noticias libanesa NNA.
El ejército israelí advirtió el miércoles a los habitantes del Líbano que regresen a sus hogares tras el alto el fuego que se mantengan alejados de sus posiciones.
Unos 900.000 libaneses se vieron desplazados en trece meses de hostilidades.
El ejército israelí también anunció un toque de queda nocturno en el sur de Líbano por tercer día consecutivo y avisó a los residentes que está “estrictamente prohibido moverse o viajar al sur del río Litani” entre las 17H00 locales (15H00 GMT) del viernes y las 07H00 horas (05H00 GMT) del sábado.
Al menos 3.961 personas murieron en Líbano desde octubre de 2023 a consecuencia del conflicto, la mayoría en las últimas semanas, y 16.520 resultaron heridas, según el ministerio libanés de Salud.
Israel reportó por su lado la muerte de 82 soldados y 47 civiles murieron a causa de esas hostilidades.
Hezbolá abrió un frente en apoyo a su aliado palestino Hamás al día siguiente de la letal incursión de milicianos islamistas en el sur de Israel, el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra en la Franja de Gaza.
Los milicianos mataron a 1.207 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251, según un balance de AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluyen a los rehenes muertos en cautiverio.
La ofensiva israelí lanzada en represalia en Gaza ha dejado al menos 44.363 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás, considerados fiables por la ONU.