El balance de los bombardeos israelíes el miércoles contra grupos proiraníes en la ciudad de Palmira, en el centro de Siria, subió a 71 muertos, según un nuevo balance difundido el jueves por una oenegé.
Uno de los ataques alcanzó una reunión de mandos de grupos proiraníes con responsables del movimiento iraquí Al Nujaba y del Hezbolá libanes, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Esta oenegé precisó que entre las víctimas figuran 45 combatientes sirios proiraníes y 26 extranjeros, la mayoría iraquíes del grupo Al Nujaba pero también cuatro miembros del grupo libanés Hezbolá.
Tres bombardeos impactaron contra la ciudad moderna aledaña a las ruinas grecorromanas, uno de ellos contra un depósito de armas cercano a una zona industrial, según el OSDH, una oenegé con sede en Reino Unido pero que dispone de una amplia red de fuentes en Siria.
La mayoría de las víctimas fallecieron en la reunión de los grupos proiraníes, según la misma fuente.
Un anterior balance del ministerio sirio de Defensa dio cuenta de 36 fallecidos.
Estos bombardeos “son los más mortíferos contra los grupos proiraníes en Siria desde el inicio de la guerra” en este país en 2011, dijo a AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Desde el 2011, Israel ha llevado a cabo cientos de ataques focalizados en el ejército sirio y grupos apoyados por Teherán.
Estas acciones se intensificaron desde el 23 de septiembre, cuando Israel lanzó una campaña de bombardeos contra posiciones de Hezbolá en Líbano, pero también en Siria.
La ciudad de Palmira, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco y que alberga templos grecorromanos milenarios, había estado bajo control de los yihadistas del grupo Estado Islámico en el apogeo del conflicto civil sirio, quienes la saquearon, en una de las mayores catástrofes infligidas al patrimonio sirio.